Hoy, mientras el mundo gira en su rutina diaria, hay una razón especial para detenerse y celebrar el Día Mundial del yo-yo. Sí, ese juguete que alguna vez fue el centro de atención en nuestras vidas, que nos deslumbraba con sus trucos y nos llenaba de emoción con cada giro. Hoy, honramos la historia y la magia de este icónico juguete que ha cautivado a generaciones.
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El yo-yo, popularizado por el empresario y fabricante de juguetes Donald F. Duncan, tiene un origen que se remonta a tierras lejanas, con la palabra filipina “yo-yo”, que significa “viene-viene”, describiendo el movimiento ascendente y descendente que realiza este juguete a lo largo de una cuerda delgada, pero muy resistente.
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Con sus dos discos unidos en el centro y un cordón que se enrolla y desenrolla, el yo-yo no solo es un juguete, sino una herramienta que puede brindar beneficios más allá de la diversión. Se dice que jugar con él puede ayudar a aliviar el estrés, mejorar la concentración y desarrollar la coordinación.
Pero el yo-yo va más allá del juego casual; también tiene un lugar en el mundo del deporte. Desde el primer concurso celebrado en Londres en 1932 hasta las competiciones de hoy en día, este pequeño artefacto ha evolucionado para convertirse en una actividad seria y competitiva. La Federación Internacional de Yo-yo (IYYF) organiza eventos de prestigio mundial, donde los concursantes compiten por el codiciado título de Campeón Mundial. Entre las estrellas destacadas en este deporte se encuentra el japonés Shinji Saito, quien ostenta el récord de más títulos mundiales en la historia.
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Entonces, ¿por qué no celebrar el Día Mundial del yo-yo hoy? Ya sea recordando viejos trucos o aprendiendo nuevos, este día es una oportunidad para sumergirse en la diversión y el arte.
Los expertos en este juguete pueden recordar trucos clásicos como “el dormilón”, “paseando el perro”, “media vuelta” o “vuelta al mundo”, pero la creatividad no tiene límites. Hoy, compartamos la alegría del yo-yo con las nuevas generaciones y recordemos por qué este juguete es verdaderamente inmortal.