Desde tiempos remotos, las plantas han sido un elemento fundamental en la vida cotidiana, debido a su versatilidad que proveía alimentos y sustancias curativas.
Esta práctica se le conoce actualmente como Fitoterapia, que consiste en el uso de especies vegetales y sus derivados para aliviar o prevenir enfermedades.
Desde la prehistoria, los conocimientos sobre las plantas y sus propiedades se ha ido extendiendo en todo el mundo; hoy en día, cada vez más gente se suma a su uso no solo para mejorar la salud sino también para recuperar los saberes de la medicina natural.
México, por ejemplo, goza de una gran diversidad vegetal y amplia riqueza en biodiversidad lo que ha favorecido el aprovechamiento de las plantas con fines medicinales, cuyas costumbres siguen vivas, principalmente, en zonas rurales.
De acuerdo con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), las plantas medicinales también pueden representar la base de la economía en muchas comunidades, debido a que existe una importante demanda de la industria de productos herbales farmacéuticos.
Sin embargo, añade, debemos ser conscientes de que la recolección excesiva de algunas especies podría ponerlas en una situación críticas, por ello, es importante su cultivo y conservación.
Entre las más populares, se encuentra el árnica, que se utiliza para tratar cuadros inflamatorios y golpes; la hierbabuena para tratar nauseas, vómito y desórdenes gastrointestinales; la manzanilla para la fiebre, inflamación y espasmos musculares; la sábila, de efectos antifúngicos, antisépticos, antivirales, antibacterianos, antiinflamatorios, antioxidantes y para curar heridas.
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