Raúl Sánchez, conocido artísticamente como Raúl Tlaxcala Yolochicahuac, es un talentoso bailarín folklórico, artesano y actor comprometido con el arte de la danza. Actualmente, es director del ballet Yolochicahuac y profesor de danza en diferentes escuelas de Tlaxcala capital.
Además de su dedicación al arte dancístico, Raúl también ha incursionado en el mundo del cine participando en varios cortometrajes. Es un habilidoso diseñador y confeccionista de vestuario folklórico, escritor y estudiante de música. Asimismo, es artesano en bordado textil y hablante náhuatl.
El ballet Yolochicahuac, fundado en julio de 2017, es el fruto de una exhaustiva investigación sobre la variante regional del jarabe tlaxcalteca. Este proyecto ha llevado a Raúl y su equipo a representar a Tlaxcala en diversos estados de la República, compitiendo con grupos dancísticos de renombre internacional y demostrando el talento local.
El grupo de danza está integrado por tres escuelas: la Secundaria Técnica número 33, el CBTis 211 de San Jorge Tezoquipan, Panotla y el Tecnológico del Altiplano de San Diego Xocoyucan, Ixtacuixtla. Su repertorio incluye programas de folclore tlaxcalteca, danzas nacionales e internacionales, así como obras de danza teatralizada.
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Entre sus logros más destacados se encuentra el segundo lugar en las Olimpiadas Nacionales de Folklore en Durango en 2021. En entrevista para El Sol de Tlaxcala, el originario de Tecoac, Ixtacuixtla, nos habla acerca de su trayectoria:
-Platícanos ¿Cómo comenzó la historia de tu ballet?
Inició desde muy temprana edad. Comencé a bailar en el grupo de danza de la primaria en mi pueblo, Tecoac, municipio de Ixtacuixtla.
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-¿Por qué consideraste confeccionar tu propio vestuario para los bailarines?
Todo comenzó por necesidad. Hace años, tuve que encargar unas faldas para una presentación con mis alumnos, pero me cobraron demasiado caro. Desde entonces, decidí confeccionar yo mismo el vestuario. Aunque los primeros intentos fueron un tanto desafortunados, con el tiempo fui mejorando hasta alcanzar una calidad satisfactoria. Dependiendo del bailable, la confección del vestuario puede llevar entre seis y 15 días.
-¿Cuándo te diste cuenta de que la ejecución del folklore podría ser diferente?
Cuando formé parte de la compañía mexicana de danza folklórica, me di cuenta de que el enfoque era más escénico, incorporando elementos de otras disciplinas para ofrecer al espectador una experiencia diferente. Al regresar a Tlaxcala, comencé a aplicar y experimentar con lo aprendido para dar un estilo único a mi trabajo.
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-El proceso de creación no es fácil. ¿Cuáles son tus inspiraciones para tus creaciones escénicas?
En Yolochicahuac arte escénico de Tlaxcala, trabajamos la danza teatralizada, contando historias a través del movimiento. Cada nueva obra representa un nuevo reto en términos de repertorio y dramaturgia. Mi inspiración proviene de mi día a día, de lo que veo, vivo, leo y pienso.
-¿Hacia dónde crees que se dirige la danza folklórica mexicana?
En mi opinión, se está priorizando el espectáculo estético, con coreografías perfectas y cuerpos impecables. Sin embargo, hay un número creciente de compañías que están aportando propuestas más allá del cuadro folklórico académico, lo que da paso a una nueva ola de creadores que enriquecen el panorama de la danza.
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-¿Cuál fue tu primer acercamiento con la danza folklórica mexicana?
Desde muy pequeño, quedé fascinado viendo el carnaval y traté de imitar los movimientos de los huehues. Posteriormente, me integré al grupo de danza de mi pueblo.
-¿Qué relación encuentras entre el baile y la interpretación?
Son complementarios. Desde una perspectiva artística, la precisión técnica debe combinarse con la interpretación para transmitir emociones significativas al público.
-¿Siempre tuviste claro que querías dedicarte a la danza folklórica?
Desde niño, solo quería bailar. Pero al llegar a la secundaria y la preparatoria, me di cuenta de mi talento y me propuse ser maestro y fundar mi propio grupo.
-¿Cómo ha cambiado tu forma de bailar a lo largo del tiempo?
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Ha cambiado radicalmente. Comencé en un grupo amateur en la primaria y luego adquirí una formación más formal y técnica en la secundaria, lo que me permitió desarrollar mis habilidades en esta disciplina. El camino en el arte es complicado, pero gratificante.
-¿Hasta dónde ha llegado tu ballet en cuanto a viajes?
Hemos recorrido varios estados, incluyendo Veracruz, Puebla, San Luis Potosí, Michoacán, Ciudad de México, Morelos, Yucatán, Campeche y Durango.