Desde el 2005 la diseñadora Lydia Lavín se comprometió con las comunidades indígenas de nuestro país, para preservar y enaltecer las técnicas textiles que nos dan identidad como mexicanos, a través de su marca homónima donde el ADN de la mayoría de sus diseños están inspirados en la artesanía textil.
Actualmente, Lavín reafirma su compromiso emprendiendo el proyecto Espacio Artesanas, enfocado en ayudar a mujeres de comunidades indígenas en México, quienes están atravesando por momentos difíciles tras la pandemia del Covid-19, pues ante la situación no pueden vender sus artículos.
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Las artesanías son seleccionadas minuciosamente, basándose en ciertos criterios de calidad, grado de dificultad técnica, innovación y tradición. Todas son piezas únicas y coleccionables, que representan el legado de maestras artesanas de nuestro país.
“Nosotros fuimos testigos de su desesperación por tener un ingreso, independientemente de que producen para nosotros, también producen huipiles para poder venderlos en lugares turísticos o en museos de arte popular, entonces se me ocurrió poner a su servicio un espacio donde pudieran vender esto a través de una tienda en línea”, explicó la diseñadora a El Sol de México.
Recalcó que en este proyecto las artesanas perciben el 100 por ciento de lo que piden por su trabajo, ya que es una iniciativa cuyo objetivo es apoyarlas directamente, “el precio final que ustedes verán en la tienda en línea incluye los costos logísticos, operativos e impuestos. La aportación de la marca es poner a disposición de los artesanos nuestra plataforma, base de datos y logística para que las piezas adquiridas por ustedes lleguen en perfecto estado desde diferentes comunidades del país hasta la puerta de su hogar”.
Este espacio ha ganado fama a nivel internacional, ya que han hecho envíos a Dinamarca, Australia, algunas ciudades de Estados Unidos y por supuesto en estados de la República Mexicana.
“Son ocho artesanas, algunas ya llevan tiempo trabajando con nosotros, pero también tenemos otras que se han enterado del programa y quieren unirse a él, tenemos de Oaxaca, Puebla y Tehuantepec”, mencionó.
Entre las prendas destacan cubrebocas, - que fue con lo primero que iniciaron este proyecto-, pero también se pueden encontrar huipiles, prendas en telar de cintura con tintes naturales, blusas típicas, bolsas y fajillas.
“A mí me encanta promover a mi país, por lo que todas las colecciones están inspiradas en algún tema de México y llevan una historia detrás. Las colecciones siempre tienen nombres evocativos a lo que estamos presentando”.
Actualmente la marca colabora con artesanas de los estados de Puebla, Guerrero, Estado de México, Guanajuato, Oaxaca, Hidalgo, Querétaro y Chiapas, y tiene como misión el trabajo sostenible textil en México: “Creemos que los artesanos con los que trabajamos deben de recibir un precio justo por sus creaciones. Para nosotros es sumamente importante alentar y acompañar a los artesanos y comunidades con los que trabajamos a que se auto empoderen, de manera que ellos sean conscientes cada vez más de las dinámicas económicas actuales, y el valor que tiene su trabajo en ellas”.
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Para la firma mexicana con reconocimiento internacional, la pandemia fue sorpresiva al igual que para otras marcas de moda, sin embargo, trajo su lado ventajoso, pues lo que más se ha vendido de la firma en esta época fueron los vestidos de novia, “cerramos nuestras tiendas, pero seguimos vendiendo por línea. Los vestidos de novia aunque no lo creas se siguieron vendiendo, pues la novias que ya tenían la ceremonia programada, la tuvieron que reducir a cierto número de invitados, por lo que necesitaban un vestido ad hoc con la ocasión”.
Debido a que la titular de la marca ha sido académica de la Universidad Iberoamericana desde hace más de 40 años, una parte central de Lydia Lavín es el reconocimiento al estudio y comprensión de las comunidades indígenas y, en específico, la indumentaria que desarrollan. Por esa razón, la marca ha participado en diversas exposiciones como The Rebozo in Art, Culture and Fashion, que se presentó en el Fashion and Textile Museum de Londres, y en El arte de la indumentaria y la moda, que se exhibió durante meses en Fomento Cultural Banamex.
Para Lavín, el panorama de la moda después del Covid-19 ha sido de gran impacto, pues a través de las compras en línea y los formatos digitales para la realización de pasarelas, da una gran alcance, sin embargo, creé que la experiencia del shopping, sigue siendo demandante, “a la agente le sigue gustando ir a la tienda, probarse la ropa, tocar las telas, pero creo que se tendría que hacer un equilibrio entre las dos cosas, a mi como diseñadora me encanta hacer contenidos digitales y explorar nuevas formas de trabajo.
“La pandemia ha dejado estragos pero también nos ha dado esta oportunidad de poner en blanco nuestra mente y reflexionar cómo podemos trabajar en la moda, y cómo mejorar propósitos y reinventarnos”.
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