La oscuridad de la noche fue la cómplice perfecta para que los espeluznantes personajes hicieran gritar, aterrada, a la gente que paseaba por las lúgubres vías peatonales de la ciudad.
Las familias fantasmales no podían dejar pasar la oportunidad, que tienen una vez al año, de divertirse atemorizando a todas las personas que encuentran a su paso.
Pero no todo es tenebroso, afortunadamente, ya que uno que otro personaje de los cuentos infantiles, también se dan su escapadita al mundo de los mortales para disfrutar la compañía de los pequeños del hogar y que nunca se olviden de ellos.