A través de una amena narración de leyendas, turistas provenientes de diferentes puntos del país, abordo de un turibús, conocieron la historia y tradiciones de Tlaxcala.
En el recorrido nocturno, que realizan estos vehículos de manera diaria en el primer cuadro de la ciudad por los lugares más emblemáticos, el guía de turistas Tupak Amaru Cilia, relataba a los paseantes las múltiples historias que se cuentan sobre algunas edificaciones antiguas de una manera divertida y única, captando así la atención de ellos en todo momento.
Entre los relatos que el guía de turistas narró aquella cálida noche, se encuentran el del Niño Milagroso de Tlaxcala, el cual, según cuenta la leyenda, en los primeros años del siglo XX, el licenciado Rafael Anzures adquirió la imagen de un niño dios de madera y se lo obsequió a su hija Concepción, quien desde el primer momento mostró una gran devoción por el niño, tan es así que ella decía que el niño Dios de movía y en la levantada del niño Dios, los invitados fueron testigos de ello, por lo que iniciaron novenarios; la fama del Niño Milagroso fue tanta que diariamente llegaba feligreses a la casa de la familia Anzures para pedirle favores a la imagen, por lo que decidieron donarla a la iglesia.
Pero la leyenda que más intrigó a los visitantes fue la de la Iglesia del Vecino, que se encuentra en la cima de las escaleras de más de 400 años ubicadas a un costado del exconvento de San Francisco, pues según la historia, junto al árbol que se encuentra en el atrio de la pequeña capilla, en tiempos de la inquisición quemaban a las personas acusadas de brujería.
Y por las noches, se aparece un señor caminando cerca del lugar ofreciendo ayuda a las personas que tienen algún problema o preocupación, pidiéndoles a cambio un alma para la solución.
El último punto del recorrido fueron las escalinatas donde los excursionistas, se tomaron fotografías para capturar los felices momentos que pasaron a bordo del turibús recorriendo de noche la enigmática ciudad de Tlaxcala.
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