Arranca la temporada vacacional y, gracias al temor a un rebote de la pandemia, seguimos sin saber cómo serán éstas de hoy en adelante; en algunos lugares ya se habla de cómo controlar a los viajeros desde su origen pasando por todos los frentes y etapas de la cadena, los puertos, la agencia de viajes, la recepción del hotel, el avión, etcétera.”
Lo primero que se reactivará en materia turística en el mundo serán los viajes domésticos, con altos niveles de sanitización y de preferencia en auto propio. Estos serán seguidos por el segmento de negocios; se acabarán los viajes multitudinarios y los bufets en los hoteles. Se digitalizará todo el papeleo turístico para disminuir hasta donde se pueda el contacto físico con empleados, estima Francisco Madrid, experto analista en temas de turismo.
“Tardará un rato en recuperase la actividad por temor al contagio y por el impacto económico que dejará la pandemia, aunque empieza a haber cierto movimiento que remite a cierta esperanza de recuperación, pero no a niveles a los que estábamos acostumbrados a ver en los veranos”.
Asegura que hay que tomar en cuenta que el Inegi dio a conocer hace poco su Índice de Confianza del Consumidor, y en el rubro particular sobre las expectativas de las personas de llevar a cabo un viaje en los próximos 12 meses de acuerdo a su situación económica alcanzó el valor más bajo de la historia, lo que hace suponer que las personas van a posponer o a reducir significativamente su gasto en viajes
“Sin embargo, también es predecible que reducir gasto en viajes signifique no cancelarlos, sino probablemente viajar a más corta distancia, viajar menos, en lugar de ocupar dos habitaciones pues ocupar sólo una o buscar destinos más baratos. También se prevé que la población que va a resistir de mejor manera la crisis económica serán quienes estén el el decil más alto de ingresos, quienes sin duda seguirán viajando”.
Movimiento Incipiente
El exdirector de la Facultad de Turismo de la Universidad Anáhuac ve que en lo internacional lo más emblemático del pasado mes de junio fue la apertura de la torre Eiffel, en Francia, que marcó el inicio de un modesto flujo de turistas.
“Alemania ha venido trabajando en construir una suerte de corredores seguros y sanitizados, que buscan controlar a los viajeros desde su origen pasando por todos los frentes y etapas de la cadena, los puertos, la agencia de viajes, la recepción del hotel, el avión, etcétera.”
Por su parte España, y en concreto Mallorca, pasaron a una mayor apertura, igual que Grecia, pero no en los niveles con lo que normalmente podría esperarse para una temporada de verano.
En el caso de EU ha predominado la incertidumbre. Todo ha sido tentativo. De pronto se abren destinos y al poco tiempo de cierran por rebrotes de contagios. Pasó en Las Vegas y en Florida.
“De ahí que veamos que la primera gran tendencia universal que veremos es que el primer mercado que va a reaccionar, en todos los países, es el mercado doméstico y fundamentalmente por tierra, porque el vehículo propio es una forma de confinamiento seguro. Considero que esa será la tendencia en los viajes de placer, aunque insisto, y seré repetitivo, en volúmenes que ni siquiera llegaremos a la mitad de lo que normalmente veríamos para una temporada de verano”.
Y pone el caso de México, que en materia aérea la situación es crítica.
”Hemos empezado a ver un muro mayor del que nos imaginábamos en programación de vuelos en el mercado nacional. Y aun de lo comprado se están dando muchas cancelaciones de último momento. Nosotros estimamos al 15 de junio, que la programación de vuelos, comparada con el año pasado, estaba apenas a un 44% o 45 % en asientos reservados, pero creemos que por las cancelaciones de ultimo momento apenas llegaremos a un 35%”.
Reconoce que hay rutas que se ven muy robustas hacia ciudades fronterizas, pero que no responden al esquema de viaje de placer sino de negocios, acaso de visita de familiares e incluso con la idea de cruzar por la frontera para ir a Estados Unidos.
“A Cancún están llegando más vuelos de los que nos imaginaríamos. Me reportaron esta semana que el gobernador habló de haber recibido 80 vuelos en un día, que es un numero ya importante. Lejano a los normalmente se hacen, pero no dejan de ser significativos.”
Protocolos rigurosos
Del lado de la oferta por parte de los destinos turísticos mexicanos, el también exsubsecretario de Turismo federal refiere que se están preparando para arribar a la nueva normalidad con protocolos sanitarios rigurosos, desde los recomendados por el gobierno federal hasta los propios --como por ejemplo el presentado por el estado de Morelos--, aunque sin un liderazgo claro que unifique criterios en todo el país.
De la forma en que las empresas del ramo asuman esos protocolos dependerá la confianza de los viajeros, en la medida que vean que son parte de un cambio estructural y no temporal en el cuidado de su salud.
“Serán toda una serie de modificaciones dentro de los establecimientos, que van desde el momento que reciben al huésped y su equipaje pasa por el primer proceso de sanitización”, explica.
En Las Vegas, por ejemplo, una de las cosas que se instituyó es que los pasajeros no pueden tocar los taxis.
“Quien abre la puerta del taxi y quien está a cargo del equipaje utiliza guantes. Hay un número limitado de espacios dentro del elevador. Las áreas públicas tienen una reducción importante de aforo para procurar la distancia social.”
Madrid anticipa que desaparecerán los bufets tradicionales, en el que las personas acudían a una barra y se servían de todo. Hoy todo eso quedará como cosa del pasado. Se tendrá que pedir lo deseado a algún empleado, quien seguramente utilizará cubrebocas, guardará la sana distancia y esos procesos entrarán en fase acelerada de inmediato.
Se acelerará la digitalización de procesos, probablemente desde el propio registro del viaje, el boletaje y las reservaciones.
“En México, por ejemplo, el grupo hotelero Posadas busca evitar el contacto con un recepcionista. Además, en los restaurantes se ordenará vía aplicaciones digitales para pedir desde el teléfono y reducir el contacto entre personas.”
“Una de las mayores dudas que quedan es la parte aérea. Se llegó a hablar de que los aviones tenían que cambiar su configuración para reducir asientos y ampliar los espacios entre usuarios, para viajes mayores a cuatro horas, lo que económicamente no es viable. Esto todavía no ha quedado muy claro”, estimó Francisco Madrid, experto analista en temas de turismo.
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