Es lunes, suena la alarma programada del asistente de voz Alexa a las cinco cuarenta y cinco de la mañana, parece que nadie la escucha pues pasan cinco minutos y la alarma sigue sonando, hasta que se escucha una voz que dice:
- ¡Alexa detente, hummm… ¡Ya es hora de levantarse! ¡Otro ratito por favor! —. Así pasaron otros treinta minutos.
- Alexa, ¿Qué hora es?
- Buenos días David, son las seis treinta de la mañana.
Apenas me da tiempo de bañarme, tomar algo de comer y salir corriendo para la escuela.
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Mientras David desayuna charla con Alexa.
-Alexa ¿Qué vamos a hacer hoy?
-¡Lo que hacemos todos los días, tratar de conquistar al mundo!
El dispositivo Alexa es redondo, pequeño, cabe en cualquier lugar, se encuentra ubicado entre la sala y la cocina para que tenga un alcance auditivo mucho mayor.
David decidió tener un asistente virtual de voz en casa para que su madre no se sienta sola mientras él no está. Ella está enferma de cáncer de mama, recientemente la operaron del seno izquierdo. Es una mujer fuerte que no se doblega fácilmente, sin embargo, los días han sido complicados y no quiere deprimirse. Sabe que su hijo aún la necesita y quiere verlo cuando termine la carrera. Ese es el motivo que la mantiene con el ánimo de recuperar la salud. Él configuró el dispositivo con una alarma para que le recuerde que cada ocho horas se tiene que tomar su medicamento.
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- Madre, tengo que irme, recuerda que tienes que alimentarte para que te recuperes pronto, en el refrigerador hay suficiente comida preparada, frutas y verduras. Platica con Alexa, pídele que reproduzca música, que te cuente chistes, un cuento, lo que tú quieras o lo que se te ocurra preguntar, ella siempre te va a responder, si es necesario, me llamas, solo tienes que decir: Alexa llama a David. Madre, te quiero. ¡Cuídate, nos vemos al ratito!
—Yo también te quiero hijo. ¡Que Dios te acompañe!
Alondra se quedó dormida otro rato hasta que escuchó la alarma de Alexa que decía:
- “Alondra aquí tienes el recordatorio: tengo que tomarme la pastilla”, lo repitió dos veces.
—Alexa ¡Gracias!
—Ha sido un placer.
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Así nació la curiosidad y empezó a cuestionar a Alexa.
—¡Alexa! ¿Para quién trabajas?
- Trabajo para Amazon.
- ¡Alexa! ¿Cuál es tu trabajo?
- Qué bueno que lo preguntas, tengo varias opciones, puedes decir: Alexa, ¿Cómo se dice amor en francés? ¿Cómo está el clima hoy? ¿Qué pasó un día como hoy? o recuérdame hacer ejercicio a las cinco.
Así, Alondra pasó su día muy sorprendida por todo lo que Alexa contestaba. Lo que más disfrutó fue la música de sus artistas favoritos, Juan Gabriel y José José.
Cuando David regresó a casa, le preguntó qué tal había estado su día, ella le respondió con mucha risa: Es sorprendente lo que Alexa me contesta. Escucha.
-Alexa, ¿Cómo estás?
-Yo estoy muy bien y como me gusta alegrarte tus días, sólo di: Alexa ¡Abre mi heladería!