Especialistas del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) trabajan en la restauración de la Capilla Riveriana, situada en el céntrico Estado de México y decorada con murales del célebre artista DiegoRivera, que fue dañada por los sismos de septiembre de 2017.
La capilla, que pertenece a la a Universidad Autónoma de Chapingo, funcionaba como un lugar de culto religioso en una antigua hacienda del siglo XVII, donde Rivera (1886-1957) elaboró uno de sus primeros trabajos, consistente en nueve lienzos sobre la unión de campesinos, trabajadores y estudiantes.
Los murales "se intervinieron en 2010 por necesidades de conservación; sin embargo, debido a los sismos de 2017, diversas grietas se volvieron a activar y algunas se fisuraron más", señaló hoy Alejandro Morfín, encargado de la restauración.
Además, alertó de que "como los murales están realizados con la técnica al fresco sobre muro directo, las grietas se volverán a reactivar si vuelve a temblar".
Las partes dañadas son el muro lateral izquierdo, donde se encuentra representada la lucha de los campesinos mexicanos, y el muro frontal, para el cual posó la modelo y novelista Guadalupe Marín ante Diego
Rivera.
Las fisuras son ramificaciones de grietas anteriores, sucedidas en el terremoto del 19 de septiembre de 1985, de una magnitud de 8,1, o incluso anteriores, señaló el equipo del INBA.
El proceso de restauración consiste en la limpieza mecánica y acuosa de la zona a restaurar, la inyección de oquedades de cámaras de aire con cal y polvo de mármol, la nivelación de superficie y la reintegración cromática.
Morfín explicó que, de acuerdo con los principios de restauración internacionales, la coloración de los fragmentos dañados se realiza con un material reversible puesto que "se tienen que hacer evidentes las partes restauradas y respetar el trabajo del artista".
En el mural frontal, el artista mexicano pintó la tierra fértil, representada por la figura de una mujer embarazada, rodeada de los elementos naturales: el agua, evocada en una forma femenina; el aire, que es expelido por un querubín, y el fuego, el cual es dado al hombre por Prometeo.
"En esta época, Rivera estaba en el Partido Comunista; por eso, al entrar, se pueden ver el martillo y la azada", explicó Eva Enríquez, directora del recinto.