Justamente en mayo pero de 1606, Michelangelo Merisi da Caravaggio se encontraba disputando un partido de pallacorda, una especie de tenis primitivo, cuando de pronto derribó a su adversario para intentar castrarlo; al cercenarle una arteria, Ranuccio Tomassoni falleció y con este hecho el declive de la carrera de Caravaggio se tornó contundente.
Actualmente Caravaggio es uno de los máximos exponentes de la pintura barroca; sin embargo, su vida siempre estuvo ensombrecida por sus excesos y su carácter violento, lo que le llevó a una muerte solitaria, tirado en una playa y sin ningún tipo de ayuda humanitaria.
Su carácter oscuro y transgresor se reflejó en gran parte de su obra, representando a las figuras religiosas como gente real, para lo cual se inspiró en vagabundos y prostitutas que le sirvieron de modelos.
Otra de las características de su obra es su aire tenebrista, a través de un uso exponencial de las sombras en el fondo de las escenas, en piezas como Santa Catalina”, “La vocación de San Mateo”, “La crucifixión de San Pedro” y “David con la cabeza de Goliat”.
ÉPOCA DORADA
A pesar de su fama de pendenciero, el artista italiano gozó de un periodo de gran esplendor durante su carrera, pues con ayuda del también pintor Prospero Orsi conoció al cardenal Francesco María del Monte, quien le encargó pintar una de las capillas de la iglesia de San Luis de los franceses.
Una de sus piezas más polémicas, y que al mismo tiempo fue catalogada como una genialidad para su época, es “La muerte de la Virgen”, la cual muestra la muerte de la Virgen María tendida sobre unas tablas de madera y un colchón de paja, con el rostro pálido, los pies amoratados y el vientre hinchado, imagen muy alejada de un entorno celestial, lo que provocó el descontento de la Iglesia y el rechazo de la pieza.
SU OBRA
- Actualmente solo se conservan menos de 100 piezas de Caravaggio, las cuales se encuentran en diversos museos en su mayoría en países europeos.
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