La pintura como una herramienta terapéutica para canalizar la melancolía, así es como inició su carrera Jean Francois Bouron, artista originario de Corea cuyo pasatiempo infantil lo llevó a dedicarse a esta actividad de manera profesional y a exhibir en galerías de Francia, Alemania e incluso en los Emiratos Árabes Unidos.
Sus piezas reflejan esa tristeza profunda que Jean Francois canaliza a través del arte, utilizando pastel, lápiz y bolígrafo negro para crear complejos patrones que con formas geométricas componen formas de calaveras y seres descarnados.
“Mi universo está lleno de incomodidad hacia la realidad, que me genera un opresivo sentimiento de tristeza; porque para mí, producir una obra de arte es una búsqueda obsesiva de identidad y bienestar”, comparte Francois en su sitio web.
Adoptado por una familia de granjeros en Francia, Jean Francois pasó una infancia solitaria, por lo que encontró refugio en el dibujo, como él mismo lo narra “Durante mi niñez dibujo todo lo que me rodea, sin parar”. Luego de una complicada adolescencia, a raíz del suicidio de su padre, el artista se sumerge en las adicciones; sin embargo, de nueva cuenta el arte sublima los sentimientos negativos e inicia una prolífica carrera.
“Durante mi infancia y adolescencia exploré muchos universos que me marcaron, vi muchas fotografías, comics, pinturas, dibujos y publicidad; toda esa información la trasladé a un estilo propio donde plasmo ambientes perturbadores, que explorar las emociones más profundas de mi inconsciente”.
- La obra de Jean Francois Bouron tiene como una de sus principales influencias las pinturas negras de Francisco de Goya, que abordan temas relacionados con la brujería, la locura y crueldad.
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