La artista japonesa Yayoi Kusama es una de las más importantes exponentes del arte pop, el minimalismo y el surrealismo contemporáneo, por lo que sus piezas son muy valoradas y forman parte de los acervos de museos como el Tate Modern, de Londres o el Museo de Arte Moderno, de Nueva York; sin embargo, Kusama, de 91 años de edad, ha pasado gran parte de su vida atormentada por la esquizofrenia que padece desde muy pequeña.
Una de las series más famosas de la artista es “Infinity Red” (red infinita), que se compone de varias piezas con patrones repetitivos de pequeños círculos plasmados en grandes superficies que reflejan su obsesión por cubrir los espacios con puntos, lo cual es una de las mayores características de su obra y que le ha dado reconocimiento internacional.
La artista explica esta fijación por pintar lunares en uno de los textos que formaron parte de la exposición “Obsesión infinita”, mostrada en México en el 2014, y que fue una retrospectiva de su carrera.
Mi deseo era predecir y estimar la infinitud de nuestro vasto universo con una acumulación de unidades en red, un negativo de puntos. Cuán profundo es el misterio de la infinitud en el cosmos. Percibiendo ese infinito quería ver mi propia vida. Mi vida, un punto, es decir, una partícula entre millones de partículas. Fue en 1959, cuando presenté un manifiesto en el que declaraba que mi arte me borraba y borraba a los otros con el vacío de una red tejida con una acumulación astronómica de puntos,describió Kusama.
Desde 1977, la artista japonesa decidió internarse voluntariamente en un hospital psiquiátrico en Tokio, donde ha pasado el resto de su vida hasta la actualidad. Desde su infancia, Kusama ha padecido problemas mentales que al paso de los años derivaron en episodios de alucinaciones, los cuales le han servido como fuente de inspiración para su obra artística.
Yayoi Kusama, nacida en 1929, fue testigo de la Guerra del Pacífico y de sus catastróficas consecuencias, plasmadas en sus primeras pinturas en las cuales experimentó con materiales caseros para crear paisajes apocalípticos.
A principios de la década de los sesenta y finales de los setenta, la artista se mudó a Nueva York donde conoció a importantes figuras del arte como Donald Judd, Andy Warhol y Joseph Cornell, a partir de ese momento su carrera despegó.
- En 1977, la artista japonesa decidió internarse voluntariamente en un hospital psiquiátrico en Tokio, donde permanece hasta hoy
Mi arte me borraba y borraba a los otros con el vacío de una red tejida
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