Desde los 13 años de edad, el francés Patrice Hubert comenzó una formación autodidacta como escultor, que al paso del tiempo lo llevó a convertirse en un peculiar artista que elabora esculturas cinéticas, que se caracterizan por la fusión de metal y luces para crear insectos, aves y plantas carnívoras con movimiento y una estética claramente futurista.
“El estilo moderno de principios del siglo XX es quizás el arte más inspirador de mi trabajo. Una mezcla espiritual entre insecto, planta y fantasía. Encontré este estilo en el arte visionario del trabajo de HR Giger para el lado oscuro, o el trabajo de Peter Gric para creaciones más luminosas ", explica el artista a la revista especializada en arte contemporáneo Orbmag.
Las creaciones de Hubert comienzan con la elaboración de bocetos inspirados en la fusión entre lo orgánico y lo mecánico, para luego llevarlos a metales y aceros inoxidables que corta y dobla para convertirlos en esculturas tanto pequeñas como de gran formato.
A medida que el artista francés se fue especializando en programación computacional, sus piezas se volvieron más elaboradas, pues incorporó piezas giratorias, luces y motores para crear un tipo de arte alejado de lo tradicional.
“Siempre me atrae lo que se hace al margen del arte, en la clandestinidad. No aprecio el arte conceptual en absoluto, para mí el arte debe ser un modo de expresión en su conjunto”, detalla Hubert.
Sus piezas han llegado a galerías y museos de Estados Unidos, Portugal, Italia, Alemania, Hungria, Suiza y Francia, donde ha sido reconocido por la fusión entre el arte y la mecánica.
“Sus manos autodidactas y visionarias dan forma a estructuras donde el acero pulsa y las curvas se lanzan en un juego móvil y de respiración entre la sombra y la luz, el acero, el textil o el vidrio, lo inerte y lo orgánico. Bajo el caparazón de sus exoesqueletos, la vida lucha y tiembla. A partir de ahí para ver en él un sueño de científico loco, de descubrimiento del tercer tipo o de resistencia humana, solo hay un paso” menciona el crítico de arte Oriane G para la revista Elegy, sobre el trabajo de Hubert.
- Además de escultor, Patrice Hubert se dedica a la difusión de “arte visionario” como él mismo lo llama, a través de su propio Museo Naia, que se encuentra en Rochefort en Terre, Francia.
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