El sexo y la desnudez han sido los temas que mayor escándalo han ocasionado en el arte durante las épocas de mayor conservadurismo social, como en el caso del estadounidense Vito Acconci, quien durante los años setenta protagonizó performances que le valieron todo tipo de críticas, por utilizar su cuerpo desnudo como el mensaje de su obra.
Su performance más provocador y controversial fue “Semilleros”, que consistía en el artista postrado debajo de una tarima por la que transitaban los asistentes, mientras Acconci narraba sus fantasías sexuales las cuales se oían por una bocina en el recinto.
En sus actos escénicos, el artista abordaba temas relacionados con la muerte, la violencia, el sexo y el dolor que se experimentan a través del cuerpo; incluso varios especialistas de artes escénicas coinciden en que Vito Acconci siempre manifestó una obsesión por la expresión corporal.
Otro de sus performances consistía en estar desnudo para morder sus brazos y piernas, lo que le ocasionaba marcas en la piel, las cuales rellenaba con tinta para después plasmarlas en un papel, con la finalidad de mostrar que el cuerpo puede ser un lienzo, pero también un pincel.
Al utilizar su cuerpo como la principal herramienta para la producción de su obra, el estadounidense es considerado como uno de los precursores del arte corporal, el cual se centra en la utilización del cuerpo como lienzo o como molde para el trabajo artístico.
Antes de dedicarse al performance, el artista inició como poeta y ya en los años noventa se enfocó a la arquitectura; incluso, creo un colectivo integrado por diseñadores y arquitectos quienes se centraron en la arquitectura en espacios subterráneos.
Vito Acconci falleció en 2017 a causa de una enfermedad cerebrovascular; sin embargo, su obra sigue siendo inspiración para las nuevas generaciones de artistas del performance.
No somos personas sino representantes de un misterio, de un ritual de interacción, de una psicología
Vito Acconci / Artista escénico
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