Por INDIRA RUIZ CORRAL
BASASEACHI, Chih. (OEM-Informex).- A pesar de encontrarse en una zona semidesértica, el Estado de Chihuahua tiene admirables formaciones naturales, como sus cascadas, entre ellas la de Basaseachi, la cual es considerada una de las caídas más altas de México, con sus con 246 metros; cascada El Salto Grande, que se forma con la corriente del río del mismo nombre, inicia con una caída de 15 metros para rematar con otra de 19, y la cascada de Cusárare, formada en el arroyo que lleva el mismo nombre, y su caída es de aproximadamente 30 metros.
CASACADA DE BASASEACHI
Un pesado y potente golpe de agua, es lo que se escucha al llegar a El Parque Basaseachi, ya que debido a las fuertes lluvias de los últimos días, esta caída de agua ha tomado un gran caudal, digno de ser visitado por cientos de amigos, familias y parejas que vienen desde diferentes municipios de la entidad, otras entidades y otros países como Estados Unidos.
La caída de agua de 246 metros de altitud en cinco días tomó cuatro veces más caudal de agua que en el todo el mes de julio, por lo que familias enteras, grupos de amigos y visitantes extranjeros, desde Alaska, vinieron a asombrarse con el hermoso paisaje que ofrece este famoso parque.
La carretera que va de Chihuahua a la impresionante cascada Basaseachi en el municipio de Ocampo, es un bello recorrido de verdes llanos y pinales interminables a la vista, con paisajes naturales indescriptibles, que hacen de este viaje un deleite para sus visitantes.
A 264 kilómetros de Chihuahua capital, se encuentra el parque Basaseachi, el cual, por temporadas de lluvias luce impresionante con un cortina de agua gruesa que cae con su pesada carga, espectáculo que no puede dejar de ser admirado por las personas que van a verla.
Pasando los municipios como Cuauhtémoc y Guerrero, se llega a Ocampo, lugar que alberga en su sierra esta hermosa caída de agua, la mas grande de México, la cual, gracias a las lluvias de estos días ha tomado gran cantidad de agua.
Cuauhtémoc, la región manzanera mas grande de Latinoamérica, ofrece un paisaje de grades llanos y huertos de manzanas, con pastizales verdes donde descansa el ganado. Llegando al municipio de Guerrero, comienza a aparecer la sierra y sus pinales.
La carretera a Basaseachi pasa por la localidad de La Junta, para continuar al poblado de Tomochic, el cual, se ve desde lo alto de la carretera un aserradero y múltiples casitas despegadas, enmarcadas solo por una calle principal, la cual atraviesa por un puente el río.
Continua la carretera delimitada por paredes de pinos, simulando un túnel con techo de cielo y enormes nubes, al frente y a los lados de la carretera se ven los barrancos y cañadas por donde corren arroyos cargados de agua, camino que lleva al destino esperado, los miradores de Basaseachi, los cuales están abiertos de 8 a 5, con un costo de 31 pesos de entrada por persona.
FAMILIAS DISFRUTAN DEL PARQUE NACIONAL BASASEACHI
La zona del parque es muy segura, con diferentes senderos y accesos a miradores y así mismo hasta el fondo de la caída de agua, donde continua el arroyo Basaseachi, el cual serpentea entre pinos y rocas que hacen aún más maravilloso este salto, el más grande de todo el país.
Los senderos están construidos de empedrado, con bancas para descansar, ya que el camino aunque es muy seguro y limpio, es pesado para quien no tiene condición, por lo que se recomienda llevar una botella con agua para hidratarse.
Bajar y volver a subir por los senderos, es una experiencia única para los visitantes, quienes además de disfrutar y ver un bello paisaje, lo hacen a través de un camino que parece haberse sacado de un cuento de hadas por su belleza.
CASCADA CUSÁRARE
A 20 kilómetros de localidad de Creel, del municipio de Bocoyna, se encuentra la cascada de Cusárare, en los límites del municipio Guachochi, considerada una de las más bonitas de México con una caída de 30 metros, pues su altitud no es tan grande como otras, pero sí el ancho de la gran cortina que forma, la cual luce en todo su esplendor en estos días debido a la gran cantidad de agua -cuatro veces más que hace una semana- que lleva el arroyo del mismo nombre.
Son 20 kilómetros de una carretera curveada rodeada de tupidos pinos, con llanos verdes donde se asientas las casas de los indígenas Tarahumaras, quienes se ven caminando a orillas del camino, llamando más la atención por sus coloridas vestimentas, las mujeres rarámuri.
Camino a la cascada Cusárare, se pasa por el famoso Lago de Arareko, el cual es muy visitado por turistas y gente del municipio de Bocoyna, quienes aprovechan este lugar al aire libre para días de campo y remar en este cuerpo de agua.
Si los visitantes van en automóvil propio tiene que ser camioneta ya que es terracería, aunque también el recorrido de puede hacer en bicicleta o caminando, en todos los casos es recomendable llevar ropa cómoda, tenis y agua para hidratarse.
La entrada al camino a la cascada tiene un módico costo de 25 pesos para adultos y 15 pesos niños, los cuales no significan nada por disfrutar un encuentro con la naturaleza, en un paisaje impresionando donde se junta la sierra, el arroyo Cusárare y un camino de tierra de un metro de longitud que parece perderse en medio de los pinos.
En camioneta se puede llegar hasta antes de 500 metros de camino a pie de la cascada, pero si los visitantes quieren ir caminando desde donde inicia el camino peatonal, se hace media hora, y vale totalmente la pena, ya que el sendero delimitado por troncos de pino tiene una vista constante al arroyo, así que mientras se camina se ve y se escucha el agua correr por entre las enormes piedras.
Aunque parece un camino poco transitado, las personas se van cruzando con turistas que van o regresan ya del recorrido a Cusárare, así mismo, a lo largo del camino, las mujeres indígenas tienen sus puestos de recuerditos y artesanías que ellas mismas realizan, en su mayoría, las artesanas son del poblado de Cusárare, el cual queda a unos 6 kilómetros de longitud a la cascada.
Caminar a la cascada de Cusárare, aunque es un poco pesado si no se tiene la condición, es una experiencia única, donde el no llevar una cámara fotográfica para capturar el trayecto, es un error grande que se puede cometer, ya que el camino es de ensueño y no hay quien de los turistas que diga que no se maravilló.
El agua del arroyo antes de caer tantos metros para formar la cascada de Cusárare, se desplaza sobre una cama de lajas para de ahí formar esta caída que además de ser muy bella y más porque en esta época va muy cargada de agua, forma una camino entre los pinos de un caudal azul turquesa que se pierde a la vista entre las cañadas.
Para bajar al pie de la cascada hay un camino escalonado de concreto, muy seguro, el cual parece laberinto entre el bosque, haciendo más fácil el acceso para las personas que se animen a bajar y refrescarse con la brisa del agua de la Cusárare.
Bajar es fácil, para subir es un poco pesado ya que son cientos de escalones hasta la parte arriba de la cascada, pero al ir subiendo parece que cada paso lleva al cielo, por lo que ir a Cusárare y disfrutar de todo el esplendor de este sitio, implica caminarlos de arriba hasta abajo, y solo así se llena completamente la vista.
MUJERES RARÁMURI DE LLAMATIVOS VESTIDOS
Decenas de mujeres indígenas caminan diariamente 12 kilómetros de ida y vuelta a la cascada Cusárare, acompañadas de sus niños y con bolsas cargadas de artesanías que ellas mismas hacen para venderlas en el camino al mirador de esta caída de agua.
Múltiples puestecitos con artesanías se encuentran en los últimos 500 metros del camino a la cascada, lo que hace más colorido y bonito el trayecto que ya de por si se embellece con los pinos, el agua y las enormes rocas con musgo.
Lo que más venden las mujeres según señalan, son los palos de madera de pino, los cuales son muy comprados por los visitantes, ya que les sirven de apoyo para el camino, así mismo, los guares, las muñecas de madera, pulseritas y tortilleras, trabajo que hacen en vacaciones desde las 9 de la mañana hasta las cinco de la tarde.
CASCADA EL SALTO GRANDE
El Salto Grande, cascada emblemática de la localidad de Guachochi, la cual se encuentra a cinco minutos del pueblo, con rumbo a la laguna de Las Garzas, ha sido muy beneficiada por las lluvias de estos días, por lo que es uno de los sitios favoritos de los lugareños quienes pasan la tarde admirando la bonita caída de agua.
El lugar esta acondicionado con un camino empedrado con dos opciones para bajar hasta el pie de la cascada, camino con un pasamanos de madera color rojo, y con un mirador a mitad de la cascada, un puente para cruzar el arroyo y un parque con sauces y pastos verdes que hacen aún más atractivo el sitio natural del lugar de garzas, significado del nombre del municipio considerado la capital turística de la Sierra Tarahumara.
A la orilla de la ciudad, a 5 minutos del Lago las Garzas se encuentra el salto de Guachochi, una serie de cascadas que rematan con una caída de 19 metros. Se inicia con una pequeña cascada de quince metros que se forma con la corriente del río Guachochi y el desagüe del Lago Las Garzas.
Se puede apreciar desde un mirador que se encuentra frente a la cascada, pero vale la pena bajar hasta el sitio mismo de la caída. La zona está siendo reforestada y acondicionada para los visitantes, ya que es ideal como área recreativa dentro de la ciudad.
Parejas de novios, amigos y familias se toman la mañana o la tarde para disfrutar unas horas al pie de esta caída de agua de 19 metros, la cual, beneficiada por las lluvias, deja caer una gran cantidad de agua que al verla de arriba a abajo, da la impresión de caer junto con ella.
Al pie de la cascada, la cantidad de brisa que llega es capaz de mojar el cabello y la ropa, esto es a que es mucha agua la que arrastra el río Guachochi, además del aire que se acumula en este cañón, por lo que ir a disfrutar de El Salto, también implica salir un poco mojado.
El Salto es en realidad una serie de cascadas que se forma con la corriente del río del mismo nombre, inicia con una caída de 15 metros para rematar con otra de 19 metros, la más grande.