VENECIA, Italia.- George Clooney en su faceta de director usa en Suburbicon la comedia más alocada para tratar un asunto tan serio como la discriminación racial, una película con la que gustó mucho en Venecia, tanto como los halagos que le regaló la pareja protagonista, Matt Damon y Julianne Moore.
“Cuando miras el calibre de la atención que genera, el hecho de que todo el mundo quiere trabajar con él, su equipo, te das cuenta de la cantidad de talento que tiene y atrae”, afirmó Moore.
Mientras que Damon bromeó para explicar su excelente relación con Clooney: “He hecho 7 u 8 películas con George y la clave está en que cuando te pide hacer algo, debes hacer lo contrario. Así siempre sabes exactamente lo que hacer y todo sale genia””.
Con un guión de los hermanos Coen, cuyo estilo se nota mucho en la película, Clooney construye una historia que originalmente iba a situarse en los años ochenta, pero que se trasladó a los cincuenta para demostrar que el problema del racismo existía y existe.
El actor y director situó a una loca familia en medio de la historia, para que contrastara aún más con la atención que provoca la mudanza de una familia afroamericana a un idílico vecindario habitado solo por gente de raza blanca.
La narración avanza vertiginosamente al mismo ritmo que se descontrola el personaje de Gardner, el padre de esa no tan perfecta familia de blancos, al que interpreta Matt Damon.
“El loco de Matt Damon es gran parte de la diversión”, reconoció Clooney, mientras que el productor Grant Heslov apostillaba: “Este personaje es lo más cercano al Matt Damon real, que nunca hemos visto”.
Mientras que el actor no paraba de reír, aunque se controló para señalar que fue divertido interpretar a un personaje que no tenía nada que ver con lo que había hecho hasta ahora, lo que cumplió la promesa que le hizo Clooney al ofrecerle el papel.
“Tengo la apariencia de un americano medio y eso es divertido para los directores, que siempre buscan hacerme interpretar algo totalmente diferente”, agregó.
Gardner es un marido perfecto casado con Rose. La pareja vive en una preciosa casa con su hijo Nick y la hermana de la mujer, Maggie, con la gracia de que a las dos hermanas las interpreta Julianne Moore.
A la casa de al lado se muda una pareja afroamericana, con un hijo de la misma edad de Nick, lo que provoca toda una revolución en esta comunidad que parece sacada de un anuncio. Pero la violencia no está en el lado que todos creen.
Moore se mostró encantada de haber interpretado a dos personajes –“intentamos ahorrar dinero”, apuntó Clooney-, que además eran gemelas, pero muy diferentes entre sí.
“Rose tiene la vida perfecta que quiere Maggie y entonces surgen las complicaciones de la comedia y la parte de hacer de mala fue muy interesante. Además George encontró el tono perfecto para la historia”, precisó la actriz, una habitual del Festival de Venecia, donde en 2002 se llevó la Copa Volpi por Lejos del cielo.
Una historia que primero iban a dirigir los Coen, que ofrecieron a Clooney un papel secundario que finalmente interpreta el guatemalteco Oscar Isaac.
Clooney nunca se planteó abordar ese papel –“no es nada divertido dirigirte a ti mismo”- y se lo ofreció a Isaac, un actor “de mucho peso” al que el realizador admira y que aportó una gran energía en el momento más necesario del filme.
Una película que supone la tercera participación de Clooney en la competición de la Muestra como director. Lo hizo con Buenas noches y buena suerte, con la que consiguió el premio al mejor guión y en 2011 con The Ides of March.