CANNES. A falta de algo interesante por parte de la dos películas en competición ayer que podría poner en la mesa nuevos candidatos para los premios, la película coreana Parásito encabeza las encuestas de los críticos respecto a la candidaturas más viables a la Palma de Oro.
La competición de ayer parece por un lado seguir en la línea de concepciones y propuestas propias a las series y reportajes televisivos como Roubaix del francés Arnaud Deplechin, que reseñamos ya también aquí.
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La película El traidor , del veterano realizador italiano Marco Bellocchio, tiene por lo menos el mérito desde el punto de vista temático de tratar un caso interesante.
Se trata de la verdadera historia de Tommaso Buscetta, quien desde la Cosa Nostra -el brazo siciliano de la mafia- se convirtió en el delator cuyas revelaciones al juez Giovanni Falcone dieron lugar al mayor juicio nunca emprendido contra la plana mayor de la mafia a finales de los años 80.
De alguna manera apologético y a límite del hagiográfico respecto al personaje de Buscetta, quien motivó su traición por su apego a las reglas de honor de la organización criminal que de acuerdo a su punto de vista no respetaban los altos capos que denunció.
La película no deja de tener los límites proprios de un buen y exhaustivo reportaje televisivo que me temo que no aporta algo nuevo al multipremiado itinerario de Bellocchio.
En cuanto a la otra película exhibida en competición, Mektoub (El destino), my amor : Intermezzo, segunda parte de una trilogía del realizador francés de origen magrebino Abdellatif Kechiche, lo único que uno podría pensar es que el ganador de la Palma de Oro aquí en 2013 con La vida de Adele, debe tener un serio problema con el sexo femenino, puesto que durante tres horas y media nos asesta una interminable casi morbosa y seguramente voyerista exhibición de la pletórica anatomía de un grupo de chicas que se entregan a bailes dionisíacos a lo largo de una tarde y noche de vacaciones de verano. Lamentable y a la vez incomprensible cómo esta cosa aterrizó en competición.
Primeros premios
A 48 horas de la deliberación del jurado oficial acaban de darse a conocer los primeros premios que corresponden a las secciones paralelas que concluyeron el día de ayer donde arrasaron las películas francesas.
Alicia y el alcalde, segundo filme de Nicolás Pariser, una inteligente comedia dramática con el veterano actor Fabrice Luchini ganó del premio a la mejor película europea en la Quincena de Realizadores, donde además el acceso a la maternidad de una adolescente en Una chica fácil, de Rebecca Zlotowski, recibió el premio a la mejor película francesa por parte de la SACD (Sociedad de Autores y Compositores Dramáticos) a la vez que otro premio de la SACD acompañado de 5 mil euros recibió en la Semana de la Crítica (SIC) la película guatemalteca Nuestras madres, donde su realizador y guionista César Díaz relata en su primer filme la desaparición de disidentes a manos de la fuerzas armadas durante la guerra civil.
En esta misma sección el Gran Premio Nespresso, dotado de 15 mil euros, fue atribuido a Perdí mi cuerpo, donde el francés Jeremy Clapin hace su debut en el género de la animación.
El jurado internacional de la SIC fue presidido por el realizador colombiano Ciro Guerra (El abrazo de la serpiente, nominado al Oscar en 2015).
El programa de esta sección concluyó con la presentación de cuatro cortos mexicanos escogidos entre los estrenados en festival de Morelia en octubre pasado.
También concluyó el Mercado del Film, que este año celebró su 60 aniversario y donde el por primera vez atribuido premio al mejor documental en proceso de terminación dentro del Mercado para Cortos (Doc Corner), acompañado por 10 mil euros, fue para La argelia de ellos, de Lina Soualem.
En cuanto a la Cinefondation, la sección oficial del festival, reservada a películas de escuelas de cine, su jurado, presidido por la realizadora francesa Claire Denis, atribuyó sus premios a Mano a mano, de Louise Courvoisier (Francia), Hieu de Richard Van (Estados Unidos) y ex aequo a, Ambiente de Wisam Al Jafari (Palestina) y Duszyczka de Barbar Rupik (Polonia), dotados respectivamente con 15 mil, 11 mil 250 y 7 mil 500 euros.