El cineasta estadounidense Wes Anderson desembarcó este lunes en Cannes con su reparto de lujo, entre ellos Tilda Swinton, Bill Murray, Timothée Chalamet y Benicio del Toro, para presentar La crónica francesa, que va por la Palma de Oro.
Era uno de los momentos más esperados del certamen y no decepcionaron: eran tan numerosos que llegaron a la alfombra roja en autobús.
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Dos de los intérpretes fetiche del director, Tilda Swinton, con vestido naranja y una chaqueta corta rosa con mangas doradas, y Bill Murray, con sombrero panamá, ya le acompañaron en 2012 con Moonrise Kingdom.
A ellos se sumaron este año Adrien Brody, Benicio del Toro, Owen Wilson y Timothée Chalamet, con un traje plateado. La actriz francesa Léa Seydoux, en cambio, no pudo asistir debido a que dio positivo al Covid-19 hace unos días.
La cinta, cuyas imágenes evocan el universo melancólico de su autor, es un compendio de historias publicadas en una revista estadounidense de una ciudad francesa del siglo XX, según su sinopsis.
Al final de la proyección, todo el equipo en pie recibió una larga ovación de seis minutos.
Anderson, de 52 años, ha construido a lo largo de una decena de películas como El gran hotel Budapest y Viaje a Darjeeling, un estilo fácilmente reconocible al estar cargado de detalles y de planos simétricos.
A pesar de que esta estética recuerda a veces el mundo edulcorado de las casas de muñecas, sus historias contienen momentos duros, como decepciones, abandonos y suicidios. En alguna ocasión ha comentado que el divorcio de sus padres cuando tenía ocho años marcó su infancia y por eso las familias rotas son un tema recurrente en su trabajo.
Para su próxima película, el cineasta tiene previsto rodar este verano en España, a las afueras de Madrid, según la prensa española.
El lunes, también se presentó el filme en competición La fiebre de Petrov, del ruso Kirill Serebrennikov.
El cineasta, considerado uno de los realizadores rusos más audaces de su generación, no pudo asistir a la gala porque tiene prohibido salir de Rusia por una condena penal, una situación que ya se produjo en 2017, cuando compitió con Leto.
En la alfombra roja, los intérpretes de la película llevaban un pin con la imagen del director. Y en el interior de la sala, una butaca vacía con su nombre ponía de manifiesto su ausencia.
"Querría dar las gracias a todos los que están ahí. Es la primera vez que muestro mi filme. Estoy encantado evidentemente y celebro este siglo XXI que, gracias a las nuevas tecnologías, nos permite estar juntos", reaccionó al final de la proyección el cineasta a través de una breve videollamada.
Poco antes, los actores de la película le habían expresado su agradecimiento. "Quiero decirle a Kirill 'te quiero'", declaró el actor Yuri Borisov a su llegada a la gala. "Estoy orgullosa de salir en tu película", dijo por su parte la actriz Chulpan Khamatova.
Durante el rodaje de "La fiebre de Petrov", el director tuvo que pasar sus días en un tribunal moscovita y grabar por la noche.
El resultado es una película que narra el largo periplo de Petrov, enfermo y ebrio, en una ciudad golpeada por una epidemia de gripe. Con una puesta en escena vertiginosa, con saltos en el tiempo y una potente banda sonora, el filme muestra una sociedad socavada por la violencia y el alcohol.