Si hay una localidad cuya identidad se mantiene a pesar del paso del tiempo y las transformaciones sociales es Ixtenco, pues además de ser considerada como “el último reducto de la cultura otomí” también conserva su estructura social, como es el caso de su sistema de barrios.
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Para Cornelio Hernández Rojas, mayordomo del barrio San Gabriel Primero, el sistema de barrios que prevalece en Ixtenco es la manera en que la población fortalece sus lazos comunitarios, pues esta forma de organización no sólo se refiere a una ubicación geográfica dentro del municipio, es también una vía de organización en torno a las fiestas patronales que propicia la unión entre los pobladores.
Jorge Guevara Hernández, investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Tlaxcala, explica en su artículo “El Sistema de Barrios de Ixtenco” que esta organización mantiene su esencia indígena y rural, pues se basa en un calendario festivo organizado a través de mayordomías, así como en la cosmovisión yumhu presente en los ciclos solar, lunar e indígena.
El pueblo de Ixtenco se considera dividido en nueve barrios que en realidad consisten en cuatro mitades y uno completo, que es el más reciente. La separación de los barrios primero y segundo, narran los mayores de 50 años, se dio en el primer cuarto del siglo XX, detalló el investigador.
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Los nueve barrios de San Juan Ixtenco son: San Antonio Primero, San Antonio Segundo, San Juan Primero, San Juan Segundo, San Gabriel Primero, San Gabriel Segundo, Resurrección Primero, Resurrección Segundo y Santiago, mejor conocido como Santiaguito.
Cornelio Hernández precisó que, hasta hace algunas décadas, los barrios se definían por las familias que radicaban en él; sin embargo, al paso del tiempo a los barrios se fueron integrando familias de otras zonas.
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La pertenencia al barrio se otorga a través de tres circunstancias: la residencia patrilocal, que se refiere a cuando un matrimonio reside con cercanía los padres del esposo; la segunda es apelando a los derechos de sangre, aunque se haya cambiado de residencia a otro barrio y la tercera es por auto adscripción barrial por medio de la cooperación que se da a la mayordomía que está al frente, de tal manera que la cabeza de familia puede pertenecer a dos o más barrios, detalla Guevara Hernández.
"Internamente el barrio es un componente familiar que se estructura simbólicamente en torno a una ermita o capilla propia, en donde se celebra al santo patrono. Con el modelo elaborado por Galinier (1990) se entiende la traza del poblado partir de la iglesia, considerada la representación del centro del universo, se pueden trazar dos líneas imaginarias, una (norte-sur) que divide al pueblo en el arriba y el abajo y otra (poniente-oriente) a los barrios primeros de los segundos. Y así los barrios de los cuatro primeros barrios son considerados de arriba y el resto de abajo”, explicó Guevara Hernández.
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Cada barrio celebra a su santo patrono, por lo que las fiestas en esta localidad son parte central de la convivencia comunitaria y son estas convivencias las que mantienen un sentido de arraigo entre los pobladores, aseguró el mayordomo Cornelio Hernández.
Además de las mayordomías por barrio hay una mayordomía de Ixtenco que celebra a la imagen del santo patrono del municipio que es San Juan Bautista, este cargo se rota entre los barrios de manera anual.
La transmisión de los elementos rituales y de los cargos sigue un modelo rotativo de barrios, que empieza arriba, en San Antonio Primero, y va descendiendo de manera zigzagueante, hasta cerrar con el barrio de Santiago, en un movimiento que recuerda a la serpiente que, enroscada en el árbol del Tamoanchan, baja a la tierra para volver a subir y repetir el ciclo. Así, los cargos inician en San Antonio Primero, que se los pasa a San Antonio Segundo, este a San Juan Primero y así sucesivamente hasta que nueve se lo regresa a uno, y representan la unión de lo celestial con lo terrestre, en un ciclo continuo de interrelación, se explica en el artículo “El Sistema de Barrios de Ixtenco”.