El gusto de sus familias por elfutbol las impulsó a practicar el balompié, y más adelanteconseguir innumerables victorias nacionales y hastamundiales Nacido con el nombre de Guerreras en2003, el equipo Coyotas de Tlaxcala F.C. ganó aceptación entrelas féminas de la entidad que practican o gustan del balompié, nosolo por la fama que consiguió al ser el conjunto femenil de laoncena que representa a Tlaxcala en la segunda división de laFederación Mexicana de Futbol, sino por los triunfos nacionales,internacionales y mundiales que logró.
Antes de ponerse la piel de Coyotas, el equipo dirigido porHoracio Bañuelos Torres se había convertido en el mandamás delfutbol femenil en Tlaxcala, con el campeonato en la categoríaPremier de la Liga Mexicana de Futbol Femenil que las ascendió aSuperliga, el campeonato nacional de la Copa Coca en 2005, elcuarto lugar obtenido en una Olimpiada Nacional y el subcampeonatonacional de la Copa Telmex en 2011, amén de diversasparticipaciones en torneos de street soccer y futbol rápido.
Lo anterior convirtió a las Guerreras rápidamente en unreferente a seguir para las futbolistas de Tlaxcala, sobre todoporque en los últimos tres años de vida de este conjunto, algunasjugadoras consiguieron campeonatos y subcampeonatos mundiales.
Para la mayoría de ellas el gusto por el futbol nació de verpracticar el deporte a sus familias, y fueron sus papás quieneslas motivaron y las impulsaron a practicarlo; sin embargo, pese aque en la entidad algunas mujeres son entrenadoras, todavía sevislumbra lejana la posibilidad de que lo hagan de manera formal ycon el reconocimiento y la remuneración que merecen.
Icono del equipo, al ser seleccionada y auxiliar técnicanacional, Analí Zárate Bravo aseveró que ser parte de la oncenano solo fue una experiencia de vida, sino que ha sido unaresponsabilidad representar a Tlaxcala en torneos.
“Para la mujer es más difícil este tipo de competencias,desde la casa a veces se torna más difícil, y la diferencia deresponsabilidades entre un hombre y mujeres influye para que unamujer se dedique ciento por ciento a esta actividad como untrabajo”, expresó la también capitana.
Al igual que Marlen Lara Cuatlapantzi, defensa del equipo, elgusto por el futbol viene desde la cuna, pues ambas coincidieron enque fueron sus familias quienes las impulsaron para practicar elfutbol que, sin pensarlo, años más tarde se convertiría en unamanera vivir para ellas.
Por su parte, Lara Cuatlapantzi, una de las jugadoras que naciócon Guerreras, refirió que el futbol le ha regalado vivencias, y apesar de que su equipo muchas veces no tuvo el mismo respaldo queun equipo varonil, logró triunfos como el campeonato mundial destreet soccer en Holanda, en 2015.
“Ha habido excelentes jugadoras en la entidad, pero en miopinión el hecho de que no haya entrenadoras... tiene que ver conlas prioridades que las futbolistas tenemos, como la escuela o eltrabajo, y además que ser entrenadoras en Tlaxcala todavía no esrentable”, opinó.
A diferencia de ellas, Lizeth Ruiz Sánchez comparte que elinterés por el balompié fue inculcado en la escuela. Participóen diversas ocasiones en torneos de diversos deportes, y pese a quea su papá no práctica ninguno, cuando estudiaba la secundaria fueinvitada a formar parte de Guerreras.
“Conforme pasa el tiempo el futbol va teniendo mayor apoyo, nosolo en el estado sino también a nivel país”, pero recalcó lanecesidad de crear algo más formativo para que el futbol femeniltenga el mismo desarrollo que el varonil y hasta pueda formarentrenadoras.
Por el momento, Coyotas de Tlaxcala permanece alejada delcésped, por diversos factores como la falta de apoyo económico yla dificultad de sus jugadoras para dedicar el tiempo que el equipomerece, dado que cursan los últimos meses de su preparaciónprofesional o recientemente se insertaron al campo laboral.
Subcampeonas de uno de los certámenes de futbol femenil másimportantes del país, Coyotas no descarta regresar pronto aldeporte que les dio la oportunidad de saborear las mieles de lavictoria y que también les permitió conocer en carne propia laderrota.