Cinco adolescentes unieron sus talentos para dar vida a “Raíces”, un mural en el que plasmaron los orígenes de San Simeón Xipetzinco, la comunidad perteneciente a Hueyotlipan donde actualmente viven.
Con la técnica del acrílico sobre pared y el uso polvo de oro y plata, Eva María Rojas Tzompa, Britney Itandewi Tzompa Hernández, Yareth Ivonne González García, Camila Yatzeneri Pineda Pérez y Jazmín García Pérez, elaboraron una pintura en honor a Xipetotec quien es el dios de los desollados.
La obra, que quedará para la posteridad, fue pintada sobre uno de los muros de la presidencia de esa comunidad, eso luego de participar en un taller de pintura impartido por Misael Juárez García y que tuvo el respaldo de su autoridad de comunidad, Honorato Rojas Martínez.
En el mural, las cinco jóvenes pintaron en el primer plano una ventana en forma de arco de piedra con la representación del dios Xipetzinco en la parte superior, que es un recordatorio a sus raíces indígenas y que es además de donde el pueblo tuvo su nombre: Xipetzinco.
En el mural es posible encontrar la máscara de un huehue, castañuelas y un cascabel de oro que simbolizan el mestizaje, pues son elementos del tradicional carnaval que representa el encuentro de los nativos con los españoles.
La vista principal de la pintura es la iglesia de San Simeón Obispo que se caracteriza por sus dos torres rojas y su cúpula, para así representar sus creencias católicas; y a un costado del templo fue plasmado un jagüey que estaba donde actualmente hay una escuela telesecundaria, rodeado por magueyes, pues se trata de una comunidad agrícola que en la antigüedad era rica en la producción del aguamiel.
A decir de las creadoras, la base de la pintura es un suelo de tepetate, una tierra muy dura de color amarillento cementada, piso característico de la comunidad y donde fue erigido el pueblo de San Simeón Xipetzinco.
“FUE UNA GRATA EXPERIENCIA”
Eva María Rojas Tzompa, Britney Itandewi Tzompa Hernández, Yareth Ivonne González García, Camila Yatzeneri Pineda Pérez y Jazmín García Pérez, compartieron que participar en el taller, que como resultado dio un mural que narra los orígenes de su comunidad, fue una experiencia que les dio conocimientos, pero también la oportunidad de hacer amistades.
Contaron que fue un trabajo de alrededor de seis meses que no fue fácil porque empezaron desde cero, en donde aprendieron a hacer desde un boceto, dibujar a escala y, desde luego, a usar el pincel.
Misael Juárez García, su maestro, narró que el trabajo de las jóvenes inició desde el desarrollo de su creatividad, enseñar estilos de dibujo, de composición y mejorar esos conocimientos, pues una vez que tuvieron listo el boceto, a pulso pasaron el dibujo a la pared.
Abundó que usar un acrílico sobre pared fue una técnica complicada puesto que el acabado de los muros de la presidencia de comunidad es rugoso, pero que al final lograron dominarla.
- La vista principal de la pintura es la iglesia de San Simeón Obispo que se caracteriza por sus dos torres rojas y su cúpula, para así representar sus creencias católicas
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