“Diablitos” y “Angelitos” para refrescarse, una tradición

El Sol de Cuernavaca

  · domingo 28 de mayo de 2017

FOTO: FROYLÁN TRUJILLO

Por AURELIA TORRES

CUERNAVACA, Mor.- El clima de Morelos ha llevado a sus habitantes a buscar la manera de refrescarse ante las temperaturas primaverales que caracterizan a la entidad.

Para quienes regularmente visitan el Zócalo de Cuernavaca, es obligación visitar uno de los tantos puestos de raspados que hay en la plaza pública.

Los comerciantes ofrecen más de 17 sabores combinados con hielo, el cual raspan con su tradicional cepillo de metal. ¡Tras, tras, tras!, suena cada vez que despachan a sus clientes.

Los más solicitados son los de tamarindo y frutas naturales, como la guayaba, mango, guanábana o maracuyá. En el periodo de calor, las ganancias incrementan hasta un 20 por ciento.

FOTOS: FROYLÁN TRUJILLO

La señora Martha Ramírez acude a vender al zócalo desde hace 15 años. Su padre también tiene un carrito de raspados desde hace 38 años en la Plaza de Armas, y fue él quien le enseñó a prepararlos y la forma de administrarse para consolidar su negocio.

La vida de la señora Martha se va en elaborar las pulpas: compra la fruta en el Mercado Adolfo López Mateos. Luego va a casa a hacerlas y se acompaña de una empleada, quien se encarga del puesto para que ella descanse.

El hielo es la base de estas bebidas refrescantes, lo compran en barras, las cuales pasan a dejar a las primeras horas del día a la Plaza de Armas; por esa razón, cuando las personas muy temprano en dirección a sus trabajos pueden observar las "barras de hielo solitarias", se debe a que los repartidores tienen la indicación de dejarlas aunque los vendedores aún no lleguen a su lugar habitual.

En ocasiones, el hielo se derrite y es necesario que compren una segunda barra de un cuarto, a fin de seguir con la venta que inician desde las 11:00 horas hasta que se va el sol.

FOTOS: FROYLÁN TRUJILLO

LAS ESPECIALIDADES

De todos los sabores que ofrecen crean combinaciones especiales, como los famosos "diablitos", que pueden considerarse como "una bomba", pues están elaborados con pulpa de tamarindo, chile en polvo, salsa valentina, chamoy, limón y sal. Están en el top de los más vendidos.

También hay preparaciones de leche, para aquellos que prefieren el dulce, como el "angelito", y el de tapioca; este último contiene vainilla, lechera y un toque de canela. Los precios varían, están entre 12, 15 y 20 pesos.

FOTOS: FROYLÁN TRUJILLO

Las abejas son características de la venta de raspados, adornan los puestos, debido a que las pulpas contienen mucho dulce; algunas llegan a sumergirse en las botellas y otras pican a quienes elaboran los raspados. Es inevitable que no se acerquen.

Actualmente, los negocios de raspados son una parte característica de la Plaza de Armas, y ante las altas temperaturas de la "Eterna Primavera", beberlos permite que el calor se apacigüe mientras se disfruta del Centro Histórico de la capital morelense.

/afa