Hace 10 años, cuando el arqueólogo Felipe Solís era director del Museo Nacional de Antropología (MNA) y distinguido entre sus colegas por su amplio conocimiento en el campo editorial, un día en su oficina repleta de libros, le comentó al entonces subdirector de Arqueología del MNA, Rafael Cruz Antillón, que hacía falta en México una edición de arte sobre la cultura Casas Grandes, semejante a los tomos de divulgación de lujo dedicados a los mayas, aztecas y teotihuacanos que a todas luces se dejaban ver en su colección, porque al ser una de las civilizaciones antiguas de mayor desarrollo en el norte de México, se lo merecía.
Aquella sugerencia quedó grabada en la memoria del arqueólogo Cruz Antillón, quien reconoce que 95 por ciento de las compilaciones académicas importantes y de divulgación sobre la cultura Casas Grandes están escritas en inglés. Incluso, en una reunión académica organizada por la American Fundation de Arizona, con motivo de la celebración de los 50 años de la aparición de la obra Casas Grandes: a follen trading center of the Gran Chichimeca, del arqueólogo Chales Di Peso, hasta la fecha la más importante sobre el tema, se reconoció el vacío y la necesidad de hacer una edición decorosa en español.
Para resarcir esa vieja deuda, el Centro INAH Chihuahua y el Gobierno del Estado unieron esfuerzos y este 2018 materializaron la idea: justo cuando se cumplen 60 años del primer proyecto de exploración arqueológica en Paquimé (1958), la ciudad más importante de aquella civilización, sale a la luz el libro La Cultura Casas Grandes.
La obra fue presentada en el imponente Salón Rojo del Palacio de Gobierno de Chihuahua por el gobernador del Estado, Javier Corral Jurado, y el director general del INAH, Diego Prieto Hernández, en compañía de los arqueólogos Rafael Cruz Antillón y Timothy D. Maxwell, compiladores del libro; la secretaria estatal de Cultura, María Concepción Landa, y el
La obra publicada por el Gobierno del Estado de Chihuahua, en colaboración con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), es una edición de arte, de más de 300 páginas con magníficas fotografías reproducidas en gran formato que acompañan 17 artículos en español, escritos ex profeso por los más destacados investigadores de México y Estados Unidos, bajo la dirección editorial y compilación de los arqueólogos Rafael Cruz Antillón, investigador del INAH en Chihuahua, y Timothy D. Maxwell, director emérito del Museo de Nuevo México, en
Sin ser un libro académico tiene información científica de primera mano, preparada por quienes han desvelado los secretos de la cultura Casas Grandes a través de muchos años de estudio en las diferentes regiones de Chihuahua: la sierra, los valles; el sur y el oeste del estado, así como parte de Sonora, e incluso están consideradas culturas vecinas como Trincheras (Sonora), Chalchihuites (Durango) y Huatabampo (Sinaloa), con las que tuvieron contacto los pueblos de Casas Grandes.
La publicación de La Cultura Casas Grandes es una fiesta del conocimiento y del compromiso institucional con la recuperación de nuestro pasado que nos recuerda la enorme tarea que tenemos en el norte de México, dijo Diego Prieto, al advertir que es el primer libro dedicado a una cultura del norte de estas características, lo que representa un enorme desafío porque la arqueología y en buena medida la historia y etnografía de nuestro país han tenido como puntos fundamentales el centro y sureste de México; vivimos una arqueología y antropología “aztecocéntrica”.
Sin embargo, destacó que este trabajo editorial muestra la determinación de los antropólogos y arqueólogos mexicanos de pluricentralizar los estudios sobre la memoria y antigüedad, y también los del presente y sobre la
En seguida, el antropólogo invitó a construir una antropología y una arqueología pluricéntrica, porque México es una nación que debe reconocerse en la diversidad lingüística, étnica, cultural, regional, sexual y de toda índole; “tarea que particularmente antropólogos e historiadores debemos acometer en las nuevas circunstancias de México”.
Tuvieron que pasar más de 50 años desde las exploraciones de Charles Di Peso para que la antigua Paquimé contara con un libro a la altura de su influencia, su belleza y su importancia desde el punto de vista arqueológico e histórico, prosiguió el director general del INAH.
Se trata de una obra precursora en la difusión de la historia regional y cuya aparición coincide con la conmemoración de los 20 años de la inscripción de la Zona Arqueológica de Paquimé en la Lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO, a la que ingresó el 2 de diciembre de 1998, durante la 22ª. Sesión del Comité del Patrimonio Mundial, en Kioto, Japón, distinción que ha dado un valor universal a este testimonio de la evolución cultural del norte de América.
Por eso, el titular del INAH dijo que el libro se convertirá en referente obligado los próximos años, es una obra que marcará ruta en los quehaceres académicos, históricos y de política cultural. Propuso la posibilidad de hacer una edición más económica para distribuirse de manera amplia entre los estudiantes, estudiosos e interesados en el norte de México. Finalmente, señaló que es un verdadero placer acercarse a este libro por su diseño, fotografía, composición y la estructura e impresión que denotan no sólo un enorme trabajo académico y una gran capacidad técnica, sino mucho amor por la tierra.
En respuesta a la propuesta de Diego Prieto, el gobernador de Chihuahua, Javier Corral, anunció que el gobierno estatal editará una edición “rústica” o más económica y de fácil acceso para toda la población, para que los estudiantes de arqueología y el público en general lo tengan a su alcance.
Javier Corral dijo que Chihuahua tiene un enorme peso en la historia de México que no se le ha reconocido; su trascendencia es del tamaño de su geografía ―es el estado más grande de la República ― y exactamente con el objetivo de contribuir a un mayor conocimiento y apreciación de su patrimonio cultural es que el gobierno publica este libro, a través del Programa Estatal de Fomento al Libro y la Lectura.
Con este libro se busca los lectores encuentren motivos sobrados para adentrarse en la historia de los ancestros de los actuales chihuahuenses y puedan enamorarse de la riqueza y el misticismo de su cultura. Deseo que esta obra sea memoria que provoque al lector y a la lectora a maravillarse con la monumentalidad de esta tierra, dijo el mandatario.
Paquimé es un asentamiento prehispánico ubicado en el semidesierto, al noroeste de Chihuahua, edificado con piedra y barro en el año 700. Los cronistas españoles la describieron como una gran ciudad con edificios que semejaban haberse construidos por los antiguos romanos… había casas de gran tamaño, fuertes y altas de hasta seis o siete pisos… con torres y muros como fortalezas para protección y defensa en contra de enemigos, que sin duda asediaron a sus habitantes”. Fue el centro rector de la cultura Casas Grandes, llamada así por el tamaño de sus casas, erosionadas con el tiempo.
El arqueólogo Rafael Cruz Antillón, quien además de codirigir la obra se encargó de la traducción al español de los trabajos de autores estadounidenses, señala que el libro es un homenaje, no solo a la cultura Casas Grandes, sino a la investigación que ha hecho posible su conocimiento y destaca que éste es el primer libro en español de los especialistas dirigido a un público no especializado.
“En nuestro idioma sólo existían trabajos editoriales aislados sobre la cultura Casas Grandes pero no uno de esta magnitud, que integre a los principales investigadores mexicanos y a los norteamericanos traducidos al español, cuando esta civilización está considerada como una de las tres más importantes del norte de México y suroeste americano, y hasta ahora no se le había reconocido con una publicación de estas características”, señala.
La información se desglosa en seis apartados: Desarrollo histórico, Ciudad, Periferia, Vecinos, Virreinato y Actualidad, que a través de 17 artículos hacen un recorrido cronológico por la historia de una enorme región que comprendió el noroeste de Chihuahua y parte de Sonora hasta Nuevo México y Arizona. Ayudan al lector a ubicar las dimensiones geográficas y temporales de esta cultura mapas y gráficas que muestran con colores, territorios y épocas.
Los textos narran la historia de la cultura Casas Grandes desde 700 a.C. hasta 1450-1500, pero también describen el devenir de las investigaciones llevadas a cabo; abordan aspectos como el aprovechamiento del medio ambiente desértico y refieren a Paquimé como el centro rector de la cultura; tocan sus periodos históricos (Viejo, Medio, Apogeo y caída); así como los detalles la ciudad: su arquitectura, cerámica, comercio... La parte histórica finaliza con un artículo dedicado a la época colonial. Pero la obra cierra con un texto que aborda la época actual, destacando a Paquimé como Patrimonio Mundial.
Las fotografías publicadas comprenden desde nostálgicas tomas captadas en el siglo XIX por los primeros exploradores que llegaron a aquella lejana región del desierto chihuahuense, hasta imágenes contemporáneas a color que reproducen la belleza de los muros de adobe de Paquimé, esculpidos por la erosión y pintados con la luz crepuscular alcanzando formas y volúmenes solo posibles en la imaginación.
También hay retratos de su particular cerámica polícroma, cuyos trazos son considerados la expresión artística más refinada en objetos de culturas prehispánicas: efigies humanas, guacamayas y ranas pintadas de rojo; mapaches y serpientes finamente rodeados de trazos negros; o motivos geométricos rojos y negros que nunca se tocan y se siguen recreando en continua transformación por los ceramistas del poblado de Juan Mata Ortiz.
A través de cinco dossier se hace un reconocimiento a los investigadores pioneros y principales estudiosos de la cultura Casas Grandes: desde el explorador Carl Sofus Lumholtz (1851-1922); los arqueólogos Edwin Boot Sayles (1892-1977); Charles Corradino Di Peso (1920-1982) y Eduardo Contreras Sánchez (1914-1986), los dos últimos encabezaron el primer proyecto de largo aliento en Paquimé, hasta Jane Holden Kelley (1928-2016), fallecida hace un par de años.
Un sexto dossier da cuenta del meteorito que se descubrió en Casas Grandes en el siglo XIX y del que poco se conoce hoy, pero que en aquella época despertó gran curiosidad entre los científicos que llegaban a la región, entonces inexplorada.
El conocimiento sin divulgación es como un juguete sin niño, advierte Cruz Antillón, por lo que en este libro era imprescindible guardar un equilibrio entre la ciencia y la emanación del conocimiento, tanto, como editarlo en español. “Ahora compartiremos con un público más amplio la belleza y esplendor de Paquimé y la cultura Casas Grandes, una de las más importantes de Norteamérica, cuyo valor es universal”.