La población de San Felipe Cuauhtenco, Contla se caracteriza por ser cuna de uno de los primeros revolucionarios tlaxcaltecas, Juan Cuamatzi López, quien instaló un cuartel de operaciones en el lugar y tuvo importantes participaciones en varias batallas de Puebla y Tlaxcala durante la Revolución Mexicana.
A su muerte, el 26 de febrero de 1911, el grupo que comandaba quedó sin caudillo, por lo que a los tres meses Pioquinto Tlilayatzi fue ascendido a coronel quedando al mando de la gente de Cuamatzi, en cuyo grupo de combatientes surgió la idea de fundir un cañón, al que posteriormente nombrarían “Cañón Niño” para hacer frente a los soldados del gobierno.
Es así como el 7 de agosto de 1913, el coronel Tlilayatzi, junto con Pilar Netzahuatl, ordenaron fundir el cañón que mediría aproximadamente dos metros de largo, elaborado por Antonio Dorante de Santa Ana Chiautempan y Julián García, de Ocotoxco.
El material que se utilizó para su elaboración fue de las campanas provenientes de los ranchos de Guadalupe, San Diego Axoxohuilco, La Trinidad, Santa Elena y dos tubos metálicos de la fábrica de San Manuel.
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