Las formas de preservar el recuerdo de un ser querido que ha fallecido se han diversificado al punto de que en la actualidad es posible que las cenizas de un difunto sean transformadas en un diamante, también se pueden colocar al interior de una joya que pueden portar los deudos o incluso formar parte de obras de arte, tal y como lo realiza el escultor colombiano Óscar de Julian.
La técnica del escultor consiste en integrar las cenizas del difunto en la cerámica que recubre a las piezas de barro, las cuales son moldeadas de acuerdo a la preferencia del familiar y con el toque del artista.
El proceso inicia con el lavado de las cenizas con la ayuda de químicos que permiten retirar restos de metal, luego se combinan con otros minerales para obtener la porcelana que se aplicará a una base de barro para la escultura y, finalmente la pieza se hornea durante tres días, explica el escultor.
Estas necro esculturas, como la han llamado algunos especialistas en arte, están disponibles al público que desee preservar de esta forma la memoria de su ser querido, ya que la persona puede estar presente en el momento en el que el artista vierte las cenizas en la mezcla de cerámica, para así asegurarse de que de su difunto formará parte de la escultura una vez terminada.
De Julián es técnico en dibujo y en escultura decorativa y también cuenta con estudios sobre la composición de porcelana, herramientas que le permitieron desarrollar esta técnica a principios de los años noventa. El escultor, ahora radicado en España, ha compartido en diversas ocasiones que la idea de estas piezas hechas con cenizas mortuorias surgió debido a la muerte de su propio hijo.
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