Desde el país del Sol naciente hasta nuestro continente no solo nos han llegado grandes cantidades información, tecnología o productos, también se nos ha convidado de su ideología y cultura y entre éstas se encuentra algo muy particular visto en los últimos tiempos: el cosplay.
Ya es más común ver a diversas personas adoptando la vestimenta, el maquillaje o los accesorios de sus personajes preferidos de anime, videojuegos, televisión o de libros, sin embargo, la cultura cosplay va más allá.
“El cosplay para mí significa una manera de expresarme”, comentó Mónica Gómez, cosplayer mexicana. “Significa dejar de ser yo por unos momentos para convertirme en alguien más”.
Mónica Gómez lleva más de 10 años realizando cosplay junto con su hermana, quien es la que la incluyó en este universo de la caracterización y presentación de un personaje en la vida real.
El proceso para realizar un cosplay lleva su tiempo: Mónica explicó que para ello se necesita tener empatía hacia algún personaje, es decir, sentir una identificación hacia él, por su personalidad o su
ísico.
“No importa si es hombre o mujer, eso es lo mágico del cosplay, que puedes disfrazarte de los dos sexos”, comenta.
En cambio, Lilian Barrera, también cosplayer mexicana iniciada desde hace siete años, aseguró que aunque es posible convertirse en cualquier persona con un poco de maquillaje, lo importante del cosplay es el alma del personaje.
“Si no puedes obtener la esencia de ese personaje, por mucho que te veas muy bien, tu cosplay está incompleto”, indicó.
“En ese sentido, para mí, el cosplay es un poco más que un simple juego; para mí es ver otra realidad y ver las cosas través de los ojos de alguien más”.
Después de la elección del personaje, un cosplayer tiene que elegir la ropa, los accesorios y hasta la peluca y lentillas para realizar una caracterización más precisa.
Mónica aconsejó que para esto es recomendable acudir a tiendas especializadas de disfraces o accesorios, entre las que recomienda la Frikki plaza o la Pika shop, espacios ubicados en el centro de la Ciudad de México.
A su vez, Lilian mencionó que muchos de los productos que ella utiliza, sobre todo en materia de maquillaje, los consigue en internet en sitios como e-bay o Amazon, donde también la gente puede encontrar diversas ofertas.
A pesar de que el término en sí mismo incite a entender que el cosplay es el hecho de “jugar a disfrazarse”, aquellos quienes lo realizan aseguran que para lograr ser un verdadero cosplayer se necesita pasión e inversión.
“Ser cosplayer es caracterizarte por completo, es algo que te apasiona, entonces es gastar, un cosplay normalmente sale entre dos mil y tres mil pesos, ya contando la peluca y el disfraz, los accesorios son aparte. Entonces no es un disfraz como tal: requiere esfuerzo y dedicación”, aseguró Mónica.
Tanto Mónica como Lilian opinan que el realizar cosplay ha ayudado a enriquecer la cultura mexicana porque es una forma de expresión, que implica una combinación entre una idea extranjera y el contexto propio.
De la misma forma, ambas coinciden en que el realizar cosplay, además de otorgar una satisfacción personal, puede ser tratado como un hobbie sano, que ayuda a la convivencia y a la inclusión.
“Sí invitaría a otras personas a hacer cosplay, ¿por qué no?”, dijo Lilian, “al final es como todo: si quieres, eres bienvenido, pruébalo y si te gusta, puedes quedarte, y si no, puedes salirte, no hay ningún compromiso. Al final nunca sabes cómo son las cosas hasta que las pruebas”.