“Murmullos en la habitación de Dios” es el nombre del poemario que le valió al tlaxcalteca Carlos Jair Cortés el XLIII Premio Hispanoamericano de Poesía “San Román” 2018, el cual destacó entre 220 trabajos de Perú, España, Guatemala, Colombia, Cuba, Argentina, Costa Rica, Ecuador, y de distintos estados de la República Mexicana.
El poeta, originario de Calpulalpan, define a su obra como un libro triste, debido a que nació de una “terrible experiencia por la que pasamos y que tuvo su origen en la violencia que tomó por asalto a México desde el 2006 con la guerra de Calderón. En estos años muchas fueron las víctimas de horribles crímenes y muchos han sido los desplazados, personas y seres maravillosos han muerto o se han ido del país por esta situación”.
Dijo que en las páginas hizo un recuento personal de tal situación, pues plasmó el dolor de sentirse olvidado por la justicia, así como la pobreza espiritual y física que el evento provocó en los individuos y en la sociedad, “es un poema largo, como largo es el dolor cuando a uno le arrancan lo que ama”.
Detalló que comenzó a escribir la obra en el 2012 y la finalizó en mayo de este año en la Casa Internacional del Escritor de Bacalar, en Quintana Roo, en la cual actualmente hace una residencia.
Finalmente, Cortés comentó que el público interesado podrá leer fragmentos del poemario en diversos medios electrónicos e impresos, y que una vez que se publique el texto se organizará una serie de presentaciones por diversas partes de México y América Latina.
En esta edición, el jurado integrado por Enna Verónica Lara Gamboa, Eduardo Martínez Hernández y Rodolfo Novelo Ovando, quienes aseguraron que el trabajo del tlaxcalteca destacó por emplear un manejo de la imagen y la metáfora que permite al lector adentrarse al mundo poético que presenta.
“A pesar de que es un poema con versos largos, no cae en lo meramente anecdótico o narrativo, hay un lirismo implícito donde las imágenes tienen un acabado circular. El manejo del tema y el ritmo del discurso poético generan una atmósfera que llevan al lector de la mano hacia el disfrute mismo de la poesía”, comentó Lara Gamboa.
“La poesía, costura invisible que une lo espiritual con lo material”
“Comencé a escribir poesía porque creo que el lenguaje, las palabras, son la costura invisible que une lo espiritual con lo material, es el aliento el que las sostiene, es a través de las palabras que nombramos al mundo y es también por medio de éstas que comprendemos lo que significa estar vivos”, comentó Cortés sobre su introducción en las letras.
Explicó que si bien su relación con la poesía siempre fue muy cercana, no fue hasta los 14 años que escribió, de manera consciente, su primer poema en el estado de Veracruz, lugar en el que radicaba en esa época.
Desde entonces, Cortés ha dedicado su vida a la poesía y esta le ha retribuido con grandes satisfacciones como publicar su primer poemario “A la luz de la sangre” con el apoyo del Fondo Editorial Tierra Adentro del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, justo antes de terminar la carrera en Literatura.
De igual forma le ha permitido obtener varios premios de poesía como el Efraín Huerta, en el 2006, o el Clemencia Isaura, de Mazatlán, Sinaloa, en 2015. A la fecha el escritor suma más de diez libros de poesía publicados y diversos ensayos y artículos en antologías y diarios de México como en La Jornada, “siempre he creído que es mejor apostar por la libertad, ser libre y hacer lo que uno vino a hacer a este mundo, en mi caso: escribir y leer”.
Premiación
El tlaxcalteca fue galardonado en Campeche, en la Casa de la Música “José Narváez Márquez”, con un reconocimiento y dinero.