Ixtenco es uno de los 60 municipios de Tlaxcala, se encuentra del lado oriente de las faldas de la Malinche y es uno de los poblados más pedregosos del estado. Su nombre proviene de Yx t'eingo palabra en lengua yumhu que significa “en la fiesta del atole agrio”, pues, según el portal México desconocido, queda en la memoria que el 24 de febrero de algunos siglos atrás, cuando se conmemoraba al santo patrón, se celebraba con una danza ritual: la del atole, representada por una mujer sentada moviendo el atole, mientras otras personas bai-laban en círculo.
Entre sus diversas actividades culturales y económicas, se encuentra la defensa del maíz criollo; de hecho, entre los pobladores del lugar se ha popularizado el término de “los defensores del maíz” como estos divulgadores del conocimiento ancestral proveniente de la domesticación del maíz que apelan por el cuidado del medio ambiente y la autentificación de los productos agrícolas puros, los llamados “maíces criollos”.
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Martín campos, portavoz de los defensores del maíz, compartió a este medio que el pueblo de Ixtenco tiene una larga historia de defensa del maíz ante la llegada de los transgénicos a tierras agrícolas tlaxcaltecas como forma de preservar el origen de este cultivo y las propiedades nutricionales que poseen: los transgénicos han llegado a cambiar la naturalidad con la que crece nuestro maíz, aceleran su crecimiento y lo controlan de forma que si no lo defendemos, lo vamos a perder (…) en Ixtenco hay mucha variedad de maíz y es nuestro deber como pobladores ser parte de esta defensa de nuestras tierras y nuestros alimentos, subraya.
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Martín aseguró que Ixtenco tiene más de 28 variedades de grano que configuran la diversidad culinaria, artesanal y económica de Tlaxcala. Entre ellos, se encuentran el maíz cacahuacintle, utilizado para preparar pozole; el maíz ajo, una particular especie que se caracteriza por contar con una cáscara similar a la del ajo en cada uno de los granos y que, por cierto, se encuentra en peligro de extinción; el maíz dulce, con el que se preparan delicias como los burritos (granos cubiertos de piloncillo y canela); maíz azul, protagonistas de tortillas, tlaxcales y los famosos atoles agrios; entre tantas otras razas más y menos comunes en el país.
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Además, el divulgador recalcó que la práctica de la siembra y cosecha del maíz es uno de nuestros grandes orgullos nacionales, pues hemos convertido la gastronomía en un abanico de posibilidades que giran en una misma vertiente.
De igual forma, hay que apuntar que las hojas de este fruto se utilizan en la fabricación de tamales y en infusión como remedio para la congestión nasal. Los jilotes o “pelos de maíz” también tienen una tradición medicinal, pues en la herbolaria se tienen registros de aplicación en la recuperación de problemas de cálculos renales.
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Por su parte, el olote carbonizado ha sido utilizado largamente en la higiene bucal y el blanqueamiento de los dientes, nos sirve para comer, para curarnos, para la higiene, para hacer artesanías y hasta se dice que el maíz azul sirve para prevenir el cáncer, o sea que nos puede salvar la vida, por eso debemos cuidarlo hasta donde se pueda siendo conscientes de no contaminar el agua y las tierras, comprando a productores de la localidad, no desperdiciándolo y conociendo la importancia de este producto tan valioso para disfrutarlo como se debe, reflexionó finalmente el poblador.
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De acuerdo con Biodiversidad mexicana, en América Latina se han descrito cerca de 220 razas de maíz de las cuales 64 (29%) se han identificado, y descrito en su mayoría para México. De las 64 razas que se reportan para México, 59 se pueden considerar nativas. Por su parte, fue determinada la presencia de 12 razas de maíces nativos en el Estado de Tlaxcala y, de ésas, 6 están en Ixtenco. Desafortunadamente, el maíz criollo ha decrecido en producción justamente por el implemento de transgénicos que si bien tienen una relevancia nutricional, opacan también la identidad de quien los utiliza.
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Finalmente, Ixtenco organiza anualmente la Fiesta del Maíz en junio, una iniciativa campesina que se ha convertido en una de las mayores actividades ecológicas y de rescate del patrimonio en Tlaxcala. El resto del año, los defensores del maíz visitan exposiciones, foros y espacios culturales para seguir celebrando la diversidad.
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