De él no hay rastro en la red, de su trabajo tampoco, y sin embargo, a José Pacindo lo reconocen en la Ciudad de México como uno de los fotógrafos más destacados de los últimos años, incluso ha sido publicado por distintos medios nacionales e internacionales, pues incluso llegó a colaborar con empresas como Flash Press, de Madrid, España; EditorMex Mexicana, y a cubrir los Juegos Olímpicos de México.
Hoy, a sus 83 años, el fotógrafo y pintor se mudó a la entidad para compartir con los jóvenes su conocimiento, con la firme intención de mostrarles que el amor por el arte se construye día a día, siempre y cuando se alimente a la creatividad.
“Creo que todo empezó cuando llegó el CD a nuestras vidas, muchos dibujantes nos quedamos fuera de este mundo porque todo en la industria cambió, con la modernidad los editores comenzaron a explotar nuestro trabajo, ya no se trataba de qué tan bien podías hacer tu trabajo, sino de cuán rápido eras”, recordó.
Pacindo dijo que después de haber incursionado en esta nueva modalidad, sintió que era hora de cambiar de destino, por lo que después de recibir una invitación de un amigo tlaxcalteca, decidió mudarse a la entidad y contactar a una de las artistas, de acuerdo a su perspectiva, más prometedoras de Tlaxcala: Sareki López.
“Mi amigo me dijo si venía la estado debía buscarlos, por lo que ahora me dedico a darle clases a ella y a hacer retratos… Sareki es extraordinaria, es como pocas, y conste que he visto a lo largo de estos años muchos artistas, ella tiene una sensibilidad muy profunda y un amor muy grande a su trabajo”, comentó.
LA FOTOGRAFÍA Y LA PINTURAS, SUS PASIONES
La trayectoria de Pacindo es grande, al igual que sus ganas por enseñar; descendiente de una familia humilde originaria de Michoacán, a muy temprana edad se mudó con sus padres a la hoy Ciudad de México, lugar en el que comprendería que deseaba ser artista.
“Yo iba con mi madre a la Merced a comprar mercancía, ahí fue donde todo inició, me cautivó todo lo que había alrededor, los colores, las texturas… eso me motivó a hacer bosquejos”, narró.
Pero no fue hasta los 12 años que en la colonia Roma observó a un hombre pintar un paisaje de Xochimilco, “solo necesitaba la luz que entraba por su ventana y su creatividad, su inspiración, ahí decidí que eso era lo que yo quería hacer”, dijo.
Posteriormente, gracias a la ayuda de un amigo conoció la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado “La Esmeralda”, en donde aprendió aspectos que más tarde le permitirían ser colaborador de la popular revista de historietas mexicana “Pepin”, en Editorial Novaro, así como el trabajar de cerca con Ángel Mora Suárez, referente en la historieta nacional gracias a su creación más famosa: Chanoc.
COLABORACIONES
El artista suma en su trayectoria varias colaboraciones con personalidades y escritores mexicanos, entre ellos destacan los dibujos que hizo para “El libro vacío” de Josefina Vicens.
Sareki López, Ilustradora
Nosotros estamos trabajando con el maestro Pacindo desde hace un tiempo, pero esperamos que más jóvenes quieran aprender de esa vieja escuela que él tiene, el internet nos hace creer que ya sabemos todo y que no necesitamos una guía, pero no es así”
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