Este lunes continuamos con la segunda entrega de la serie “Artistas Oscuros”, y abordaremos una etapa enigmática del famoso pintor español Francisco de Goya.
Francisco de Goya (1746) es uno de los pintores más sobresalientes, considerado por los conocedores de las artes como el padre del arte moderno. Su obra se caracteriza por sus escenas costumbristas que retratan el contexto de Madrid en el siglo XVIII, sin embargo, en esta ocasión nos centraremos en la última etapa de su carrera, conocida como las “Pinturas Negras”.
Luego de una exitosa carrera, que incluso le permitió acceder a la corte real de España, en 1792 Goya desarrolló un raro trastorno que le provocó sordera. El origen de su mal no se ha sabido con certeza. Las versiones hablan de que su padecimiento lo originó el plomo de las pinturas que utilizaba, la sífilis contraída, e incluso se habla de un raro síndrome; lo cierto es que a partir de este hecho, Goya tuvo una etapa, la última de su carrera, caracterizada por una temática y estética sombría.
Brujas, aquelarres, ancianos deformes, machos cabrío –que para la cultura cristiana su simbolismo se relaciona con Satanás- criaturas con expresiones de melancolía y desesperación son los protagonistas de estas obras que Goya pintó en las paredes de “La quinta del sordo”, la finca a las afueras de Madrid donde el artista se recluyó durante sus últimos años, tras un autoexilio provocado por los conflictos bélicos en España.
PARA SABER
- A pesar de que las pinturas se plasmaron en las paredes de la “La quinta del sordo”, en 1874 fueron trasladadas a lienzos, por lo que actualmente se exhiben en el Museo del Prado, de Madrid.
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