A casi cinco meses del fallecimiento de la escritora Almudena Grandes, la Fiesta del Libro y la Rosa le rinde un homenaje, a través de las anécdotas del poeta Luis García Montero, quien fue su esposo durante casi 30 años, y compartió de cerca su pasión por la literatura.
El español, quien estuvo acompañado por Benito Taibo y la coordinadora de Cultura UNAM, Rosa Beltrán; recordó cómo fueron los inicios de la novelista, quien siempre priorizó el arte sobre todas las cosas.
"A partir del éxito de Las edades de Lulú ella supo que su meta era ser escritora, no famosa, porque le llegaban propuestas de todo tipo y para cualquier cosa", platicó. "Lo que hizo fue optar por la literatura, no convertir el mundo del libro en una especie de industria de éxito fácil, que le hubiera permitido convertirse en una escritora de best-seller, y alejándose cada vez más del rigor de la creación literaria".
Almudena nació en Madrid en 1960, figuró por novelas como Atlas de geografía humana, Los aires difíciles, Castillos de cartón y El corazón helado. Es considerada una de las escritoras más relevantes de la época moderna, al haber sido reconocida con galardones como el Premio Nacional de Narrativa en 2018 en España (por Los pacientes del doctor García) y el Premio Iberoamericano de Novela Elena Poniatowska, por la obra Inés y la alegría.
Luis narró también que desde el inicio de su relación, se apoyaban mutuamente, y retroalimentaban el trabajo del otro antes de que cada uno de sus proyectos viera la luz. Citando a la propia Almudena, subrayó que el respeto mutuo fue la clave para apoyarse en el ámbito creativo.
"A veces he pensado que la convivencia de una pareja de escritores es muy difícil sin admiración, y yo admiraba mucho sus novelas. A mí me hubiera sido muy difícil convivir con su éxito si pensara que era una mala novelista, en ese sentido nuestra vida era fácil porque a ella le gustaba mucho la poesía y yo admiraba su trabajo literario".
García agregó que además pasaban mucho tiempo dándose recomendaciones, y alimentando el gusto del otro por las letras. "Para un escritor y cualquier persona que tenga vocación literaria, la literatura es una parte fundamental de la vida", narró.
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"Leí Alta infidelidad, la novela, porque ella regresó de un viaje y me la recomendó. Con los libros hay que ponerse de acuerdo, a la hora de decir qué conviene escribir, o a la hora de decir ‘lee esta novela’. Tiene que ver con la realidad de una vida compartida".
El evento culminó con una lectura del poema Completamente viernes, que forma parte de su colección Almudena.