Anteriormente, las películas que mostraban algún tipo de violencia se desarrollaban en un ambiente nocturno. Al caer la noche, los criminales salían y se apropiaban de las calles, era un “mundo sin reglas”.Sin embargo, para los filmes de la década de los 60, las historias cambiaron. La violencia se retrataba a cualquier hora.
En su libro “Neo-Mex Noir. Cine mexicano policiaco moderno (de los años setenta al nuevo milenio)”, Rafael Aviña explora el cambio en las historias del género.
“Ahora nos hablan de lo cotidiano, vivimos una cotidianidad de la violencia, vemos cuerpos que cuelgan de los puentes, hay películas que, a veces, están ahí para sorprender o divertir; en ese sentido admiro el trabajo de los documentales periodísticos que retratan la realidad”, afirmó Aviña en la presentación.
A través de cintas como “Ciudades oscuras” (2002), “Perfume de violetas” (2001) y “Cómprame un revólver” (2018), el también guionista refleja la evolución que ha tenido el cine.
“Tratar de abarcar 10 sexenios es una locura, cuando estaba escribiendo me sentía agotado, pero feliz de rememorar las películas, volver a verlas en la medida de lo posible. Considero al cine mexicano como una cuestión de ensayo y error, siempre vamos a encontrar cosas inquietantes, porque retrata un contexto social”
El libro, realizado en colaboración con la Cineteca Nacional, es la continuación de “Mex Noir”, de 2018, que retrató el trabajo de Roberto Gavaldón, Alejandro Galindo, Julio Bracho y otros realizadores. Cuenta con 13 capítulos y narra desde el cine policial de los 60, pasando por el Neo Noir de los 80, el cine del narco, los estragos de los sexenios pasados en México, y una investigación sobre cómo se vive la delincuencia desde el sexenio de Enrique Peña Nieto hasta el actual gobierno de la 4T.
Por otro lado, el autor aseguró que en su siguiente publicación se adentrará a la historia de muchos cineastas de la década de los 70 que no fueron reconocidos como deberían.
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“Es una investigación de todos esos directores que no tuvieron la atención necesaria. Cuando pensamos en el cine de los 70 evocamos a Jorge Fons, Felipe Cazals, Arturo Ripstein, pero en esos años estuvieron Juan José Gurrola o Alberto Bojórquez.
“Todos los libros a veces se llevan algo de tiempo sobre todo para revisar las películas, pero, sin duda, es algo que disfruto muchísimo, me encanta hacerlo, me encanta mucho escribir porque es lo único que sé hacer”, finalizó.