A pesar de la calidad de sus versos, la poeta chilena Stella Díaz Varín (1926-2006) fue incomprendida y silenciada por los lectores de su tiempo. Y aunque en su país hay un interés creciente por descubrirla, continúa siendo una poeta esencialmente de culto, recurrida en su mayoría tan sólo por grupos especializados y amantes de la poesía.
La obra de esta escritora llega a México, a través de la serie “Vindictas, poetas latinoamericanas”, de la colección “Material de lectura”, publicada por la UNAM.
“Stella Díaz Varín, perteneció a la llamada Generación de los 50, en la que había grandes escritores que fueron cruciales para la literatura chilena, como Enrique Lihn, Alejandro Jodorowsky y Enrique Lafourcade, quienes fueron tutelados por otros autores muy importantes como Pablo Neruda y Nicanor Parra. Así que la escena de la poesía que vivió era dominada por las estéticas y puntos de vistas de estos personajes masculinos y en la que no había parámetros para comprenderla”, explica a El Sol de México, Claudia Posadas, compiladora de la antología, que se presenta este 2 de marzo, en la Feria Internacional del Libro de Minería.
“Estamos hablando de un canon y una tradición sumamente heteropatriarcal, cuando nos referimos a la literatura chilena. Desde la creación del Premio Nacional de Literatura de Chile, en 1942, sólo se les ha otorgado a cinco mujeres, una de ellas, Gabriela Mistral, que tuvo que ganar primero el Premio Nobel. Afortunadamente ahora, con el tiempo, con la academia feminista y planteamientos como los de Virginia Woolf y la propia labor crítica de autoras y escritoras es que podemos reconocer el valor de su obra y podremos darle la justa lectura que se merece” agrega la investigadora.
SIMBOLISTA, EXISTENCIALISTA
Con tan sólo cuatro libros, Stella Díaz Varín, tuvo afinidad con los poetas Braulio Arenas, Enrique Gómez Correa y Gonzalo Rojas. Sin embargo, Posadas advierte que su participación siempre fue periférica, aunque tuvo cierto reconocimiento.
“Su poesía tuvo visos muy particulares. Ella creó un universo propio, con una poesía de una gran fineza, pero que increpa existencialmente a la conciencia de lo humano en búsqueda de una ética y equidad de los seres. También cuestiona los parámetros patriarcales del momento e interpela una existencia sin dioses”, apunta Posadas, quien pone énfasis en la apropiación de las estéticas simbolistas y surrealistas en su obra.
Si bien esta autora sí obtuvo cierto reconocimiento, al haber publicado en editoriales independientes, así como en proyectos de izquierda como lo fue la Editora Nacional Quimantú, su obra fue olvidada por varias razones, entre ellas las consecuencias de la dictadura chilena que eclipsó el panorama cultural de la región, su visión crítica de la literatura, así como la traición de algunos de sus contemporáneos.
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“Ella sí estuvo muy comprometida con la causa allendista y trabajó con la Unidad Popular. En realidad, fue muy activa. Pero primero fue traicionada por los mismos militantes del Partido Comunista, pues varios dieron la espalda a la causa. Ella lo que también buscaba con su poesía era al ser humano ético, al verdadero, social y de equidad”, dice Posadas, al punto que afirma que Díaz Varín, adoptó una actitud existencialista y apartada, por lo que también ella misma contribuyo a su olvido.
Apunta que esta breve selección publicada en “Vindictas” buscó que se pudieran notar las características básicas de su estética. “Lo que nos aporta la literatura y obra de Stella Díaz Varín es la voluntad de ser y existir como escritoras frente a un canon patriarcal y un contexto opresor como lo fue el de la dictadura chilena. Poéticamente ofrece un punto de vista muy particular de la que sin duda abrevarán nuevas escritoras”, finaliza.