Pese a haber superado las burlas desus compañeros y hasta maestros que le aseguraron que solo estabanperdiendo su tiempo con ella, logró titularse en EducaciónEspecial A sus 25 años, Yetlanezi Badillo Flores,oriunda del municipio de Panotla, asegura que la discapacidadmotriz que enfrenta no ha sido un obstáculo para salir adelante,pues gracias a las terapias a las que se ha sometido ha logradomejorar su vida, al grado de que hoy en día cuenta con el títulode licenciada en Educación Especial, una profesión que concluyóhace casi dos años.
No obstante, admitió que la discriminación a la que se haenfrentado a lo largo de su vida, es lo que le ha pegado una y otravez, aunque por muy dolorosas que han sido sus caídas, no pierdela esperanza de poder lograr insertarse en el campo laboral.
Triste por ver como las autoridades gubernamentales hablan una yotra vez de la importancia de insertar a las personas condiscapacidad en el sector laboral, aseguró que la realidad es otray más dura, pues en los hechos, son pocos los espacios que sebrindan a quienes sufren de este tipo de padecimientos.
Related contentDesde pequeña, a Yetlanezi Badillo Flores le diagnosticarondiscapacidad motriz tipo Ataxia por parálisis cerebral infantil,un trastorno causado por una lesión en el cerebelo (parteposterior del encéfalo) que se caracteriza por tener movimientoslentos, alteración del equilibrio, deficiente habilidad manual ytrastornos del habla y la voz.
Tiene un hermano mayor y vive sola con su madre quien, con muchoesfuerzo, se ha encargado de sacarla adelante desde que iba a laprimaria hasta la universidad, mismo lapso en el que ha tenido quesometerse a infinidad de terapias que le han permitido alcanzar unamejor movilidad y que, prácticamente, hoy en día le han permitidovalerse por sí sola.
Yetla, como mejor la conocen sus parientes, vecinos y personasque en algún momento de su vida compartieron tiempo con ella, dijosentirse orgullosa de lo que ha logrado, aunque con un nudo en lagarganta, admitió que la discriminación es abrumadora.
Aún recuerda como en la secundaria sus compañeros lamolestaban, pues no lograba mantener el equilibrio y su habla eradeficiente a diferencia de hoy en día que, aunque en formapausada, comprende todo lo que se le cuestiona y razona sin ningúnproblema sus respuestas.
Aseguró que uno de los momentos que marcó su vida, fue cuandocursaba la licenciatura en la Universidad Autónoma de Tlaxcala(UAT), pues por su discapacidad hubo un docente que, de plano entono de burla, le aseguró que nunca lograría titularse y que soloestaba perdiendo su tiempo con ella.
Pero dijo que a pesar del dolor que este comentario le causó,fue lo que le animó a salir adelante y demostrar que sí podíalograrlo.
Desafortunadamente, dijo que esa discriminación aún la sigueenfrentando, aunque ahora en el campo laboral, pues a casi dosaños de haber obtenido su título, nadie le quiere dar un empleo,a pesar de que ha visitado una infinidad de empresas, dependenciasgubernamentales y escuelas, donde a pesar de brindarle a losencargados una explicación de su problema, solo le piden suteléfono y al día siguiente o más tarde, le informan por esavía que la vacante ya ha sido ocupada.
“He buscado muchas veces trabajo, pero siempre me dicen queno, solo me entrevistan y después me hablan por teléfono paradecirme que ya tienen el lugar ocupado, ahorita estoy buscando otroy a ver si me aceptan”, refirió.
Yetlanezi Badillo Flores manifestó que su deseo es convertirseen maestra de primaria, aunque por el padecimiento que enfrenta,acepta que le sería complicado atender a un grupo de 30 o 40alumnos, “me sería difícil, me da miedo no poder, pero con unasola persona sí podría lograr atenderla, pero por eso no me dantrabajo”.
Dijo que después de titularse, una vecina le confió a su hijopara que le diera clases particulares, pero después de unassemanas, ya no trajeron al niño y ya no le pudo dar seguimiento asu instrucción.
“Mi discapacidad no afecta en gran medida al desarrollo de misactividades, yo hago todo, despacio, pero lo hago todo”,sostuvo.
Comentó que la complicación para caminar a prisa o mantener undiálogo permanente, la han alejado incluso de la vida social, puesno tiene amigos y ni ha buscado acercarse a grupos de personas conla misma discapacidad.
Actualmente, tiene un puesto de dulces que habilitó en la casade su abuelito, con lo que obtiene recursos para cubrir algunos desus gastos, por lo que consideró que, si el gobierno tuviera laintención de apoyar a las personas con discapacidad, esa podríaser la solución, “que nos apoye para auto emplearnos y ponernegocios. Si yo pude, los demás también lo van a lograr y podemosformar hasta una empresa”.
Finalmente, pidió a las autoridades de todos los niveles a quecumplan con lo que prometen y que lo hagan con hechos, puespersonas como ella requieren de mucho apoyo.