En su reapertura, el Museo de Arte de Tlaxcala (MAT) se muestra con nuevo lenguaje que da cabida a piezas que han definido el arte mexicano desde los años veinte y de igual forma a las propuestas de la nueva generación de los talentos tlaxcaltecas, por lo que la pluralidad es lo que define a este renovado espacio.
El arte contemporáneo completa en equilibrio las piezas de los más grandes exponentes de las artes plásticas en México expuestas en este recinto, como lo son Frida Kahlo, David Alfaro Siqueiros, Tina Modotti, Juan Soriano, Leonora Carrington, Remedios Varo, José Luis Cuevas, Diego Rivera, Rufino Tamayo, solo por mencionar a algunos de los creadores que podemos encontrar en el MAT.
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La visión que nosotros tenemos de la cultura de Tlaxcala es una visión muy contemporánea, que entiende los nuevos lenguajes de los jóvenes artistas tlaxcaltecas; y no solo de los jóvenes, porque hay gente que está haciendo arte contemporáneo en Tlaxcala que no necesariamente es joven, pero que tiene esa mente abierta, que experimenta con lenguajes y que es crítica, este es el eje que da norte al nuevo MAT, de acuerdo con Antonio Martínez Velázquez director del Instituto Tlaxcalteca de la Cultura (ITC).
El MAT nos recibe con un claro ejemplo de esta dualidad: una escultura del joven artista tlaxcalteca Tonatiuh Sánchez Benítez, elaborada con bancos de plástico que da una nueva experiencia estética a los objetos cotidianos, así como un tapiz del artista textil de gran trayectoria Juan de la Cruz, que mediante su destreza con los hilos dibuja a una hechicera.
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Al adentrarnos en el museo llegamos a la sala que alberga las obras de Frida Kahlo que a finales de los años veinte regaló a su gran amigo Miguel N. Lira; encontramos dibujos, acuarelas, pinturas e incluso las cartas que intercambiaron ambos artistas. De esta sala también destaca la presencia de la muñeca pastillita, protagonista de una de las obras más emblemáticas del escritor tlaxcalteca y que Frida plasmó en uno de los óleos que precisamente se encuentra en esta sala llamado “Retrato de Miguel N. Lira".
La sala de las Fridas es una sala permanente, que ese era un reclamo de la sociedad tlaxcalteca el tener estas obras ya de forma permanente, porque nuestras Fridas, a pesar de ser tlaxcaltecas, siempre se la pasaban de viaje por la importancia de las obras, que son obras tempranas que definirían el fenómeno mundial que es Frida y que por eso son tan codiciadas por la gente que sabe de Frida, abundó.
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Y del arte de la pintora más reconocida que ha dado México, damos un salto a la sala que presenta la muestra “Mirada Oblicua”, que contiene parte del acervo adquirido o donado al Estado de Tlaxcala. En este sitio nos recibe una gomita de osito cuya oreja ya fue mordida, se trata de la pieza de acrílico llamada “Gummybear 2”, del artista Juan Pablo Vidal, que el personal del museo nos comentan ha sido la protagonista de las selfies de los visitantes.
En este acervo de Tlaxcala también se encuentran piezas del oaxaqueño Francisco Toledo que datan de mediados de los años ochenta, así como fotografías de Pedro Meyer y una escultura de José Dávila.
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Lo que hicimos fue regresar al acervo pero darle una nueva lectura y eso es bien interesante porque la verdad es que el acervo del estado es muy rico que los tlaxcaltecas deben conocer. Entonces lo revisamos y, como todo archivo, este acervo se puede leer de distintas formas y encontramos esos diálogos de la producción estética, detalló el director del ITC.
Como parte de “Mirada Oblicua” también se incluyen piezas de los talentos emergentes tlaxcaltecas lo que en su conjunto con piezas de otros creadores contemporáneos “provoca un diálogo sobre la forma, los soportes, la materialidad, pero también se trata de una conversación entre la búsqueda estética de los creadores tlaxcaltecas y los creadores centrales de la escena contemporánea actual”, detalla el texto curatorial.
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De tal forma que en esta sala se encuentran reunidas piezas de tlaxcaltecas como Emerson Balderas, Héctor Andrés Valencia, Noemí López Carrasco, Alejandro Osorio, Chrystian Romero Jiménez, Rodolfo Suárez Montesinos, Francisco Muñoz, Carol Espíndola y una pieza de arte sonoro de Sofía Fuentes, que inunda la sala.
Ya en el área de ampliación, que albergara hasta hace unos años las oficinas del SAT, nos recibe la exposición “Manifiestos del Arte Mexicano, 1921-1958” , estrenada originalmente en el Museo de Arte Moderno y que llegó a Tlaxcala como parte del convenio signado entre el ITC y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL).
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Se trata de una muestra que reúne alrededor de 100 piezas entre pinturas, dibujos, grabados, fotografías, esculturas, documentos y libros que muestran un panorama de la producción plástica y editorial de grupos artísticos en nuestro país en los años próximos al término de la Revolución Mexicana.
Otro de los espacios nuevos en el MAT es la sala inmersiva, equipada con pantallas de gran formato que literalmente envuelven al espectador de forma visual y sonora y que estará dispuesta para los proyectos de video arte de las escuelas de arte del estado y del país, y de esta forma dar cabida a los nuevos lenguajes artísticos, de acuerdo con el director del ITC.
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Y para los visitantes que desean llevarse un recuerdo, encontrarán artesanía de talavera, barro, joyería y textiles tlaxcaltecas entre otras piezas.
Es así como el Museo de Arte de Tlaxcala abre nuevamente al público con aires renovados y nuevos lenguajes artísticos para nutrir la escena cultural tlaxcalteca.
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