En este 2023 se cumplen 16 años del fallecimiento de una de las máximas figuras del arte tlaxcalteca, Desiderio Hernández Xochitiotzin, quien continúa en la memoria a través de su obra plástica que resalta la cultura y tradiciones del pueblo de Tlaxcala.
Desiderio Hernández Xochitiotizin falleció un 14 de septiembre de 2007, a la edad de 85 años, a consecuencia de una enfermedad renal que le aquejó durante más de una década.
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Para ese momento ya era un reconocido y querido artista, pues siempre lo caracterizó el amor por su tierra y sus raíces indígenas, que reflejó en su trabajo creativo y también en su labor como difusor de la historia tlaxcalteca.
De acuerdo con las fuentes consultadas por este Diario, Hernández Xochitiotizin siempre defendió la idea de que los tlaxcaltecas no traicionaron a México con su alianza con los españoles, pues sostenía que antes de la llegada de los hispanos México no era una nación y que, en cambio, Tlaxcala sí era una república que vivía azorada por el imperio mexica, por lo que los tlaxcaltecas se aliaron con Hernán Cortés para hacer frente a sus enemigos.
El originario de Contla de Juan Cuamatzi no solo se dedicó a este oficio, pues también destacó por su labor como cronista de la ciudad de Tlaxcala, cargo que ocupó a partir de 1984, en el que se dedicó a la investigación de los hechos que definieron el rumbo de la entidad y que compartió más allá de las fronteras del estado, ya que siempre defendió el papel fundamental de Tlaxcala en la construcción de la nación mexicana.
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Su formación artística la realizó en la Academia de Bellas Artes del estado de Puebla y tuvo la influencia de otros grandes creadores de arte como Diego Rivera, Agustín Arrieta, José Guadalupe Posada y Francisco Goitia.
Su obra cumbre son los murales “La historia de Tlaxcala y su contribución a lo mexicano”, que son más de 450 metros cuadrados de pintura, en la que relata los pasajes “Tlaxcala prehispánica, “La Conquista”, “El siglo de oro tlaxcalteca” y “Del siglo de las luces al porfirismo en Tlaxcala y México”, los cuales se mantienen vivos en el Palacio de Gobierno.
Si bien su obra mural es la más representativa y con la cual se ha ganado el mote de “El último muralista mexicano”, también tuvo una prolífica producción de obra de caballete que el año pasado se expuso en el Complejo Cultural Los Pinos en la muestra llamada “D. H. Xochitiotzin. A 100 años del Muralismo”. Se trata de piezas poco conocidas del artista, pues en su mayoría forman parte de colecciones privadas. En su obra de caballete plasmó paisajes y retratos, principalmente.
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Su obra muralística no se limita únicamente a las piezas del Palacio de Gobierno de Tlaxcala, también tuvo una importante producción en Puebla, donde creó obras de inspiración religiosa, como “Conversión de San Agustín” y “San Agustín a la orilla del mar”, que se encuentran en el templo de San Agustín Calvario, en Cholula; al igual que la obra “Rosario”, de 1952, que se encuentra en el Templo de Fátima de Tacámbaro, Michoacán, de acuerdo con información de la Secretaría de Cultura.
El año pasado se cumplieron los primeros 100 años de su natalicio, es por eso que las secretarías de Cultura de Puebla, Tlaxcala y de México, en conjunto con la Fundación Desiderio Hernández Xochitiotzin, realizaron materiales audiovisuales que honran su memoria. Se trata de los documentales “Xochitiotzin, vida y color”, “El último gran muralista” y “Desiderio H. Xochitiotzin. Un siglo de color”, que en agosto de este año se presentaron en una premier en la Cineteca Nacional, en la Ciudad de México, y que próximamente se proyectarán en Tlaxcala.
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La Universidad de Harvard eligió al artista tlaxcalteca como “el mejor muralista de México en el siglo XX”, y también obtuvo reconocimientos de la Universidad de la Sorbona, Francia, y de la Universidad de Estocolmo, Suecia, por su trabajo artístico.