En la presidencia de comunidad de San Lorenzo Tlacualoyan un grupo de ciudadanos pintaron un mural donde quedó plasmada parte de la historia de esa comunidad perteneciente al municipio de Yauhquemehcan, así como su cultura y gastronomía.
Esel Leba fue el encargado de la obra hecha con la técnica del grafiti, y de acuerdo con Ignacio Pérez Barragán la intención es que las nuevas generaciones conozcan más sobre Tlacualoyan, una comunidad fundada alrededor del año 1400, antes de la llegada de los españoles, por lo que es uno de los poblados más antiguos de la región.
Aproximadamente en 1890 la comunidad adoptó el nombre actual, y pasó de ser "Tlacuatzingo" que significa "sitio del venerable Tlacuache" a llamarse "Tlacualoyan" que significa "Lugar de comida".
Además, el colorido y significativo mural busca dar a los ciudadanos un poco de arte en medio de una pandemia por Covid-19 que ha traído consigo desolación.
EL MURAL
En el mural fueron plasmadas las imágenes que representan lo más significativo de Tlacualoyan.
Una niña huehue que recuerda que en 2011 fue fundada la camada infantil y un huehue adulto que tiene el surgimiento de la octava de carnaval en 1972.
Hay también un glifo de agua que plasma el conflicto surgido en 1986 con San Dionisio y su necesidad de tener un manantial propio; un glifo del significado de Tlacualoyan, pues el nombre se le atribuye a que en el siglo XIX la comunidad se volvió un lugar donde se vendía comida a comerciantes; y un glifo de un tlacuache prehispánico que significa que el Señor Tlacuache le robó el fuego a Yauhquemehcan, Dios del Rayo y el Fuego, para dárselo a los hombres.
Es importante destacar que en el mural fue plasmada la imagen de Antonio Hidalgo Sandoval, personaje ilustre nacido en esa comunidad, que fue gobernador interino de Tlaxcala de 1911 a 1913, y que además colaboró en la consumación de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917.
Entre otras cosas, en el mural es posible observar la primera escuela construida; una casita junto a una laguna que representa el sitio donde la gente se escondía cuando llegaban los revolucionarios; la casa de doña Úrsula, quien financió la construcción de la iglesia en el siglo XVIII; un documento antiguo de 1773 da cuenta del conflicto de límites territoriales con San Dionisio; una señora en el metate que simboliza el esfuerzo de la mujer indígena, y una mazorca, que simboliza la cosecha de la Tierra, así como el pedimento de lluvia.
Continúa leyendo: