Para los integrantes de Lemongrass, realizar el montaje infantil de Vaselina es una oportunidad de acercar esta historia a un público que quizá no la conoce. “Muchos niños ahora no conocen la obra como tal, ya ni siquiera la película. Y para nosotros es algo bonito poder recordarle a ellos lo qué era vivir en esa época sin teléfonos celulares ni iPad’s”, cuenta Yael.
Justamente el adentrarse en los años cincuenta, donde la historia está ambientada, le ha permitido a los chicos descubrir un mundo totalmente distinto al que viven en la actualidad, lejos de la tecnología y con una convivencia totalmente diferente a la de ahora.
“Hay expresiones en las que yo decía ‘¿Qué significa eso?’, cosas como Bule Bule”, dice Paula que es interrumpida por el entusiasmo de Sophie: “Por ejemplo yo también digo cosas como ‘Me lleva patas de cabra’ y pienso ‘¿Qué es eso?’ Entonces yo nada más lo decía y no entendía…”. “Porque eso era como un insulto en esos tiempos”, agrega Paula con los ojos muy abiertos.
Para Yael el caso no es distinto: “Algo que a mí me pasó es cuando dice: ‘Vamos a ver Rin tin tin y yo ‘Ahhh, claro qué padre…”. “O luego cuando Sonia le dice a Dany: ‘Es que te dio calabazas la Pequeña Lulú’ nadie sabía que era eso”, recuerda entre risas Ivanna.
“Hemos descubierto otro mundo, cómo se divertían en esos tiempos sin tecnología, viendo Rin tin tin en la tele, todos los grupos que se hacían como Los rebeldes y Las panteras. Eso está muy padre”, cuentan con una emoción que difícilmente puede controlarse.
Formar parte de Vaselina ha sido divertido, pero más aún la convivencia que los siete han tenido en el mes de ensayos que han tenido para este montaje. Los chicos no ocultan su entusiasmo, como tampoco lo bien que la pasan con las travesuras que realizan tras bambalinas.
“Una vez nos pusimos a jugar escondidas en el lobby del teatro y llegó un policía a decirnos que no podíamos estar haciendo eso, y Axel (actores de ensamble) y yo nos fuimos corriendo a otro lado para que no nos encontraran y acabaron regañando a otros que no eran, jajaja”, cuenta Sophie muy divertida, quien es secundada por Ivanna.
“Sí, eso sí pasa. El otro día los tres niños y yo nos fuimos a dar un tour por todo el teatro y nos pusieron reporte. Pero nunca supieron quienes habían sido los otros dos y sólo me reportaron a mí y Emi y todos los demás salieron libres”. “Es que nosotros ya nos habíamos ido y ellos siguieron, ya sabes… los niños de ahora”, agrega Yael con tono serio.
Para Paula la anécdota es distinta, pues su problema tiene que ver más con la caracterización de su personaje: “A mí me tienen que recoger el cabello para la obra y es un desastre, nadie sabe cómo me lo van a agarrar es muy raro todo”, dice un poco apenada.
Lo cierto es que los siete integrantes de Lemongrass ya se sienten ansiosos y esperan que la temporada que comienza hoy sea de gran éxito como la de sus predecesores.