Uriel Moreno “El Zapata” cortó tres orejas para ser eltriunfador de la corrida del Sábado de Gloria en la plaza Jorge“Ranchero” Aguilar.
Ante poco más de media plaza en una noche agradable, eltradicional festejo nocturno representó el regreso del apizaquenseAlberto Ortega al coso capitalino en el que cortó una oreja.
En el mano a mano lidiaron toros de Vicencio y dos de RanchoSeco, justos en presentación en términos generales y desigualesen comportamiento.
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Destacó el lidiado en tercer lugar de Rancho Seco que se llevópalmas en el arrastre.
El matador Alberto Ortega, de azul cielo y oro, logró unaoreja, mientras que Uriel Moreno “El Zapata”, canela y oro,tuvo tres auriculares.
Alberto Ortega y el valor de laexperiencia
El matador tlaxcalteca Alberto Ortega regresó a la plaza de lacapital tlaxcalteca después de dos décadas de ausencia. Su primerenemigo de nombre "Matías", con 480 kilogramos, número 73 deRancho Seco, lo recibió con lances templados a la verónica.
Quite por chicuelinas ajustadas y remató con revolera quegustó al respetable. El toro tendía a tablas y no fue excedido enfuerza en su paso por el caballo. Ortega brindó al público ylidió con mucha disposición a un ejemplar que tuvocomplicaciones, pues volvía pronto por ambos lados y no iba muyhumillado del todo. Pinchazo, aviso y descabello para retirarseentre palmas del respetable.
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Su segundo enemigo se llamó "Chimino", que en la pizarra decía475 kilogramos, número 60 de la dehesa de Vicencio. Un ejemplarcon claridad y noble, al cual el matador Ortega le realizó unafaena con duración.
Estructura de torero valiente, exponiendo los muslos y haciendodesplantes que mantuvieron al filo del asiento a la afición.Dibujó en los medios naturales corriendo la mano muy abajo ytemplado. Se tiró a matar recibiendo, dejando una estocadaentera y en buen sitio para facturar una oreja.
Finalmente, con "Iker", que registró en la báscula de la plaza470 kilogramos, número 66 de Vicencio, Alberto Ortega volvió aestar muy firme. Su faena también tuvo duración ante un toro quele exigió la experiencia.
El de Vicencio justo de fuerza y con tendencia a tablas. Elmatador Ortega escuchó palmas con este toro.
“El Zapata” con menteclara
Uriel Moreno “El Zapata” recibió a "Oswaldo", 460kilogramos, número 69 cárdeno oscuro, alto de agujas, lo saludócon largas cambiadas pegado a tablas y de hinojos para despuéslancear verónicas que conectaron en el tendido.
El de Vicencio iba de largo y peleó con el caballo. Uriel seencargó de banderillear a este ejemplar.
El toro desarrolló genio en la muleta. Tiraba derrotes a medioviaje y volvía pronto al sentir lo que dejaba detrás. Por lo quele exigió al matador el carnet de la experiencia. Un toro que sibien fue muy justo de presentación, el comportamiento de toro conla edad, provocó la emoción en los tendidos.
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Con este ejemplar Uriel no se permitió errores. Estocada enteray ligeramente trasera para dar la vuelta al anillo con unaoreja.
Su segundo se llamó "Emiliano" con 500 kilogramos número 109de Rancho Seco, muy en el tipo Santa Coloma. Bajo de manos,apretado de sienes y cornamenta, así como agradable en hechuras.Cárdeno que iba de largo con claridad y galope, aunque justo defuerza.
Con este toro, “El Zapata” puso el salero que al toro lefaltó. Lo lidió a media altura por ambas manos destacando más ellado diestro en los tercios llevándolo a media altura con lasarga.
El morito iba y venía mientras que el matador tlaxcaltecaaprovechó la condición de nobleza para torearlo a gusto. Estocadaentera y en buen sitio para facturar dos orejas.
"Mateo" 485 kilogramos de Vicencio fue el cierra plaza.
Un castaño muy en tipo Parladé, amplio de cuna de pitones y depecho, bajo de cuartos traseros. Un ejemplar que tuvo salidacontraria y que mostró complicaciones desde el principio, propiode su evidente edad.
Pues se vencía por el lado izquierdo mientras que por elderecho probaba mucho, ya que desarrolló sentido pronto. Por loque el matador Moreno Macías pasó fatigas parabanderillearlo.
Con la muleta, el toro marcó aún más su tendencia a tablas,así que “El Zapata” lo llevó a las líneas de los terciospara exigirle al toro mas recorrido, aunque el de Vicencio noterminaba completo el muletazo cuando ya estaba buscando altorero.
Recursos y mente clara pidió el toro a su lidiador. Por fortunala espada fue una asignatura que los matadores solventaron consuficiencia. Palmas al “Zapata” por su actuación.
