Los años pasan y el juego de Drew Brees cada vez es mejor. Ya han pasado 17 años desde su llegada a la Liga. El mariscal de campo ha sabido mantenerse vigente gracias a su brazo privilegiado. Tras ganar un anillo y romper una buena cantidad de marcas, el quarterback de los Santos de Nueva Orleans sabe que se encuentra ante, quizá, la última gran oportunidad de levantar nuevamente el Vince Lombardi y hacer más grande su leyenda.
SUS INICIOS
Los inicios de Brees en la NFL no fueron sencillos. El mariscal de campo llegó a los Cargadores de San Diego como la selección 32 del Draft del 2001. Luego de cinco temporadas, en la que sólo logró meterse una vez a playoffs, tuvo que partir a los Santos de Nueva Orleans por convicción propia, pues los Chargers le comunicaron que Philip Rivers sería su QB titular.
LA GLORIA
Drew llegó al equipo de los Santos en el 2006. De inmediato mostró una gran química con el entrenador en jefe Sean Payton. De su mano, la franquicia se convirtió en un equipo contendiente. En su primera temporada llegaron a la final de conferencia, donde cayeron ante los Osos de Chicago. La revancha llegó en el 2009. Esa temporada fue distinta. Brees y compañía levantaron el Vince Lombardi luego de vencer a los Potros de Indianápolis, en un gran juego. El egresado de la Universidad de Purdue fue nombrado el MVP.
Tras ganar el Súper Tazón, Nueva Orleans se hizo un habitual en la postemporada. De 13 partidos disputados, tiene una marca de siete ganados por seis perdidos.
NUEVA OPORTUNIDAD
Luego de que los Santos cayeran la temporada pasada ante los Vikingos de Minnesota en la ronda divisional con aquel famoso milagro de Minneapolis, Brees buscará llevar a su equipo a un nuevo Super Bowl. El camino no será fácil, el próximo domingo enfrentarán a las Águilas de Filadelfia y, en caso de avanzar, deberán librar una nueva batalla, ya sea con los Rams de Los Ángeles o los siempre favoritos Vaqueros de Dallas. A su favor tienen el haber terminado con la mejor marca de la Conferencia Nacional. El beneficio es que cualquier partido se definirá en el Mercedes-Benz Superdome.