Lo inusual siempre suele pasar en el Super Bowl y la edición LVIII no fue la excepción. Los pateadores de Kansas City y San Francisco lograron romper el récord del gol de campo más largo en un juego por el campeonato de la NFL, el cual permanecía desde hace 30 años. Es tal su antigüedad que se dio cuando los Dallas Cowboys sí llegaban a competir por el Vince Lombardi.
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El primero en conseguirlo fue Jake Moody de los Niners, y sirvió para abrir el marcador en el Allegiant Stadium desde una distancia de 55 yardas, para superar así el exitoso intento de 54 que tuvo Steve Christie de los Buffalo Bills contra Dallas en 1994, durante el Super Bowl XXVIII.
A pesar de que San Francisco se fue arriba por por 10 -0, fue el pateador de Kansas City, Harrison Butker, quien logró otorgar sus primeros puntos a los campeones de la temporada anterior. Sin embargo, ese intento tuvo más recompensa que mantener con esperanza la ilusión de remontada, pues el intento fue desde 57 yardas por lo que ahora posee el récord del más lejano en un Super Bowl.
Los pateadores
Butker, de 28 años, ha jugado todos los partidos de la temporada con los Chiefs donde logró con éxito 33 goles de campo de 35 intentos, además de ser perfecto en cuanto a puntos extra con 38 conseguidos de 38 oportunidades.
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Por otro lado, Jake Moody, quien se encuentra en su primer año como profesional de la NFL, ha sido menos constante con 21 goles de campo conseguidos de 25 intentos, y 60 puntos extras logrado de 61 oportunidades. Un error suyo muy recordado fue cuando por el mismo perdieron contra Cleveland en la fecha seis de la temporada.
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