El excampeón mundial de boxeo, Miguel Ángel González Dávila, avanza en su recuperación luego de caer en las adicciones y llegar a situación de calle, en la Ciudad de México. El capitalino participa en las actividades del Consejo Mundial de Boxeo, que promueve en Tlaxcala.
El “Mago”, reconocido pugilista de la colonia Roma de la capital del país y de sangre tlaxcalteca, actualmente radica en San Luis Apizaquito, municipio de Apizaco donde residen sus padres y familia. En su vida deportiva, además de brillar en el profesionalismo también lo hizo como amateur, al iniciarse a la edad de 15 años, bajo la conducción del histórico Pancho Rosales.
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González Dávila forma parte del grupo de expugilistas invitados por el CMB para promover e impulsar la función internacional del 27 de julio, a celebrarse en el Palenque del Centro Expositor de Tlaxcala.
El expeleador defendió en 10 ocasiones su corona universal, permaneció 15 años en el boxeo de alto nivel y en su récord profesional tiene un empate con Julio César Chávez. En su visita a la inauguración de la exposición “Oro y Verde”, señaló a este Diario en el Museo de la Memoria que se siente contento de apoyar al deporte que le dio fama. “Me siento gustoso de estar aquí en Tlaxcala, de tener la oportunidad de estar con la gobernadora en México y ahora aquí, esto es una realidad, muy contentos de estar aquí y participar en el gran evento del 27 de julio”, sostuvo.
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El también llamado “Tokio Santa”, a sus 54 años de edad se siente fuerte, lúcido y dispuesto a seguir adelante. “Mi recuperación va bastante bien, hemos ido para adelante, sabiendo del gran compromiso que tenemos, mostrar al CMB ser ejemplo de que sí se puede salir de este mundo malévolo, malo de las drogas y el alcohol, que actualmente ataca a mucha gente; en lo personal estoy muy contento”.
El exmonarca mundial mencionó que en este difícil proceso está agradecido con el apoyo de su familia y amigos. Relató que, en esta dificultad, te das cuenta que empiezas a caer en depresión profunda, en la que sientes que no eres nadie, “pero recibí mensajes de mucha gente, palabras de aliento; todas esas palabras de aliento, buenos comentarios, son parte de esta transformación que tengo”.
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Comentó que radica en San Luis Apizaquito con sus padres Abel González y Rafaela Dávila.
En 2022, González Dávila ingresó a un anexo de Ecatepec, Estado de México donde con intervención de su familia llevó a cabo un proceso de recuperación. Ese mismo año, el CMB le entregó un cinturón de “Campeón de la Vida” y lo incorporó a actividades del organismo con el fin de mantenerlo activo, alejado de los vicios.
