Iniciaba la otra parte del festejo, habiendo transcurrido sin mayor eco, mas que el ambiente de fiesta que vivían los espectadores en el tendido de la Raúl González de Tetla, con motivo de las fiestas patronales a Santiago Apóstol, cuando apareció por la puerta de toriles Taurino, herrado en el numero 368 y con 515 kgs. Un animal serio de presencia que tuvo una salida emocionante, pues al ser citado por los banderilleros para cerrarlo, el toro remato fuerte contra las tablas. Tras ello hubo algunas palmas para reconocer la presencia del ejemplar.
Tras recorrer el albero, Angelino de Arriaga, su lidiador salió presto del burladero para recibirlo con lances a la verónica, bien ejecutadas, recibiendo los primeros olés del público, que comenzó a centrarse en su labor. Coloco al ejemplar para que entrase a la cabalgadura, acudiendo presto el animal, metiendo la cara debajo del peto y empujando con los riñones. Nos hubiese encantado poder verlo entrar al caballo, para ver si las cualidades antes mencionadas las conservaba en los sucesivos puyazos. Desgraciadamente no fue así. Una pena.
Después del segundo tercio, el apizaquense comenzó su faena con muletazos por alto, tomado de la barrera y llevarse al animal al centro del redondel, donde se esperaba que la faena fuese In Crecendo. Fueron pocos los muletazos, pero señalo cualidades en su embestida por ambos pitones que lo hacían ver como un gran ejemplar. Angelino de Arriaga supo entenderlo, pero no lo aprovecho de todo, quien se preocupo mas por indultar al animal que obtener los trofeos que pudo haber conseguido. Tras ello y con la algarabía de la gente, se concedió el indulto.
Un indulto siempre es un tema de alegría y polémica. Por un lado, quienes se entusiasman, ya que solo las reses que muestren bravura y nobleza ejemplares, reciben esta gracia. Por el otro, quienes cuestionan si el animal indultado lo merecía o no. Lo cierto es que este indulto ya es anecdótico, pues el año pasado otro ejemplar de esta misma casa ganadera de nombre Lugareño fue indultado por José Luis Angelino. Devuelto el burel a los toriles, el ganadero, acompañado del lidiador en turno, dieron una vuelta al ruedo.
Anteriormente, con su primero de nombre Industrial se mostró voluntarioso desde el saludo con el capote, recibiéndolo con una larga afarolada de rodillas y una verónica de buen gusto. Tras el primer tercio instrumento, de manera artística, el quite de oro y cubrió con solvencia los palitroques.
Con la muleta inicio su labor con un cambiado por la espalda, prosiguiendo con tandas con la mano derecha, a un animal que tenia tranco, nobleza y fijeza. Infortunadamente lo bien realizado por el torero no se vio reflejado en el tendido, pues fueron tibios los olés que se escucharon. Remato su labor ejecutando suertes como el pase de la ranchera, el pase de pecho y luquesinas.
Tetla, Tlax.
- Plaza de toros “Raúl González”
- Corrida de Feria
- Entrada: 1/2 aforo
- Ganadería: Felipe González (4). Justos en presencia y buen juego en su conjunto.
- Angelino de Arriaga (obispo y oro): Oreja y trofeos simbólicos tras indulto.
- Gerardo Rivera (turquesa y oro): Silencio y dos orejas.
- Detalles: El tercer toro de la tarde de nombre Taurino no. 368 y con 515 kgs. fue indultado. Al final del festejo el ganadero y los matadores salieron en hombros del coso.
Se tiro a matar en la suerte natural y señalo un pinchazo. Cambio los terrenos hacia la suerte contraria, dejando una estocada entera y trasera. Oreja para el torero y palmas en el arrastre al ejemplar.
Gerardo Rivera también estuvo esforzado en su actuación, pero no tuvo el suficiente calado en el tendido. Con su primero de nombre Turista, salió presto del burladero de matadores, recibiéndolo con una larga afarolada de rodillas y lances a la verónica, rematando el saludo capotero con una media verónica.
El toro señalo no estar sobrado de fuerzas, por lo que Rivera indico al varilarguero que apenas señalará el puyazo. Entro en quite artístico por Saltilleras y cubrió el segundo tercio con solvencia. Comenzó su faena con muletazos por alto y sus tandas contaron con largueza, ligazón y prestancia, que tuvieron poca repercusión en los espectadores. Fallo con el acero en repetidas ocasiones y todo quedo en silencio.
A sabiendas que podía irse sin un trofeo en el esportón, se fue frente a la puerta de chiqueros, para recibir de esta forma a Tetleño, quien hizo pasar momentos de apuro al torero, quien presuroso tomo el percal y bregó al ejemplar. Su faena se baso principalmente en la voluntad y animosidad de agradarle al público, pero este ejemplar fue el de menos condiciones para el lucimiento. En el ultimo tercio, dejo una estocada delantera y tendida, haciendo que se le concedieran dos orejas. Una premiación algo excesiva.
Al final, los matadores y el ganadero salieron en hombros contentos, pero quien se llevó la tarde fue Taurino, quien pasa a la historia por ser indultado en este remozado coso.
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