La vida de Gennady Golovkin es una más de las de tantos boxeadores que surgen de la rudeza, de los barrios bajos, de la pobreza, en donde a golpes se tuvo que abrir camino y ganarse el respeto.
Golovkin vio la luz primera el 8 de abril de 1982 en la ciudad de Karaganda, Uzbekistán, en ese tiempo territorio de la URSS.
Es decir, cuando Golovkin vino a este mundo lo hizo como soviético, ya que no fue sino hasta 1989 cuando cayó el muro de Berlín y comenzó a desintegrarse el comunismo y la Unión Soviética.
Gennady, lo ha dicho en diversas ocasiones, nació y creció en un pueblo de mineros, ya que su padre fue eso, un empleado en las minas de carbón de Karaganda. Su madre es coreana y trabajaba como ayudante en unos laboratorios estatales. En el rumbo en donde vivió el multicampeón mundial mediano, la rudeza y las peleas eran cosa común. Incluso eran frecuentes las contiendas entre mineros, hombres fuertes, rudos, que por cualquier situación iban a los puños, y más aún cuando habían ingerido un poco de vodka.
Fueron sus hermanos mayores, Sergey y Vadim, quienes lo lanzaron a las calles a curtirse. Ellos solían participar en peleas clandestinas, y fueron los que iniciaron en el mundo de los golpes a Gennady. Era un niño, pero ya lo ponían contra chicos de su edad. Casi todos los fines de semana, Gennady tenía que imponer respeto con sus puños. Al principio sintió miedo, después se impuso la adrenalina, y le fue gustando romper narices y sangrar a sus rivales. Varias veces fue él quien regresó a casa todo aporreado.
A Golovkin le gustó el sabor del boxeo. Tras foguearse en las peleas callejeras incitado por sus hermanos, decidió ingresar al pugilismo amateur, en donde tuvo un paso destacado. Durante varios años combatió en este terreno, y cuando decidió poner fin a esa trayectoria había acumulado ya la friolera de 350 combates, con sólo cinco derrotas.
Gennady como peleador aficionado fue monarca del campeonato mundial amateur y ganador de la medalla de oro en 2003 en peso mediano, y en los Juegos Olímpicos de 2004 conquistó la medalla de plata, al perder la gran final con el ruso Gaydarbek Gaybardekov. Al Mundial y a los Juegos Olímpicos asistió ya como representante de Kazajastán, como República independiente. El primer entrenador que tuvo Golovkin fue el ruso Victor Dmitriev, del que Gennady siempre se ha expresado muy bien, pues fue quien le enseñó mucho de la técnica.
PEREGRINAJE
Gennady Gennádievich Golovkin nació en Kazajastán, y en 2006 decidió irse a vivir a Stuttgart, Alemania. Fue ahí donde arrancó su gran carrera como boxeador profesional, ya que en 2010 conquistó su primer campeonato mundial, el de peso mediano de la Asociación Mundial de Boxeo. Con el paso de sus defensas y victorias fue agregando las coronas de la IBO, la FIB y el CMB. De los organismos rectores del boxeo sólo le falta añadir el cetro de la Organización Mundial de Boxeo (OMB). Desde 2014 vive en Santa Mónica, California, y a todo mundo les dice que es el mejor lugar que ha encontrado para vivir. Su pequeño hijo Vadim estudia en Santa Mónica, en donde espera conducirlo a una Universidad, y que se gradúe en alguna carrera. Vive con su esposa Alina.
POLÍGLOTA
Apodado “GGG”, Golovkin es un hombre que ha procurado superarse. Le gusta mucho leer y habla cuatro idiomas: el kazajo, el alemán, el ruso y el inglés.
Tiene otro hermano, ya que fueron cuatro en total. Se llama Maxim y vive con él, ya que lo ha incorporado a su equipo de trabajo, en donde el que manda es el entrenador de origen mexicano Abel Sánchez, quien en otros tiempos dirigió al ex campeón mundial ligero Miguel Ángel González, después de que a este ex campeón lo hizo estelarista Carlos Rosales.
De sus hermanos mayores, los que lo introdujeron en la violencia del boxeo callejero, Sergey y Vadim, se sabe que ingresaron al ejército de Rusia y ya murieron, según una biografía de “GGG”.
Golovkin ha tomado muy en serio la pelea contra el “Canelo”. Se delineó una preparación que será la mejor de su carrera, cuidando todos los aspectos, y rodeado de expertos en diversos campos, para no dejar ningún flanco descubierto.
Y aunque llegó a los 35 años de edad, el kazajo dice sentirse mejor que nunca, en el apogeo, y dispuesto a ganar la pelea número 19 defendiendo sus cinturones de monarca.