Pocas figuras en la vida tienen la importancia de una madre. Doctora, psicóloga, chef, abogada y demás, todas las profesiones en una misma persona llena de apoyo y amor incondicional para sus hijos.
En el particular caso del deporte, las mamás también hacen las veces de entrenadoras y hasta representantes, ya que muchas son el primer gran apoyo de niños y niñas que sueñan con convertirse en profesionales.
En el caso de los que lograron alcanzar el anhelo, todavía recuerdan los inicios en su infancia y presumen a su mamá en cada uno de sus éxitos alcanzados o también aquellas deportistas que cumplen su sueño de competir y a la par dan el don de vida en sus retoños.
Esas mujeres se merecen una doble felicitación ya que compiten en materia deportiva y día a día a ser una gran mamá en la vida cotidiana. Tal es el caso de la pesista, Andrea de la Herrán; la clavadista, Paola Espinosa; la jugadora de Puebla, Karla Morales y las madres de Miguel Herrera y Agustín Marchesín. Ellas, desde sus respectivas cupulas, vibran entre la acción y el deporte, y a la vez son el principal motor de la familia, de la sociedad, porque la importancia de ser madre va más allá de todas las profesiones.
Por eso hoy en su día, felicidades en este 10 de mayo. Felicidades mamás.
El amor eterno sí existe
Así como sus históricas colegas campeonas del mundo Jackie Nava y Ana María Torres tienen dos bebés cada una, la noqueadora Zulina “Loba” Muñoz, las igualó en el hermoso quehacer de ser mamá. Previamente, Zulina trajo al mundo a su hijo Dylan, hoy con nueve años de edad. “Mis hijos son en realidad mi vida entera”, nos dijo la espectacular pugilista que completó 11 defensas consecutivas de la corona supermosca del WBC. “Con ellos te das cuenta que el amor eterno en realidad sí existe; cuando tienes a tus hijos es cuando realmente comprendes a tus padres, te das cuenta de todos los esfuerzos y sacrificios que hacen por ti, es cuando valoras todo”.
Interrogada sobre el sentimiento que le produce ver a Zulinita (nació el 28 de marzo de 2018) jugar con su hermanito, la chica de San Vicente Chicoloapan, Estado de México, aseveró con tono de emoción en su plática con ESTO:
“¡Súper contenta de pasar un 10 de mayo de nueva cuenta al lado de Dylan, y más ahora que está Zulinita con nosotros!”.
Cariño y amor del bueno
Agustín Marchesín no sería tan grande sin la presencia de su madre. El guardameta le debe gran parte de la carrera deportiva a su creadora. Sin ella no sería el mismo. Sandra Isabel Ríos o “Pachi”, como le dicen de cariño es uno de los principales motores del guardameta águila.
Y es que, en su situación particular, el arquero argentino viene de una familia de médicos, pero fue mamá la que intercedió por él para que desde joven se formara como el arquero que conocemos hoy al llevarlo a los entrenamientos, partidos y todo lo que tenía que ver con el balón y los guantes.
Y justamente desde el Nido de Coapa, otro personaje que manifiesta abiertamente la relevancia de las mujeres que lo rodean es Miguel Herrera. El “Piojo” siempre se encuentra rodeado del cariño de Marisela Aguirre, su mamá, quien ha estado ahí en todos sus momentos de gloria con las Águilas, así como su paso en Selección Mexicana y desde muchos años atrás, cuando éste era jugador en activo.
Además, Miguel resalta la figura materna de su hija Tamara y también la de Claudia Álvarez, madre de sus dos hijas.
Madre, "de peso"
Orgullosa compagina el deporte con su faceta de ser madre. Una bendición la mira competir en silencio; sigue sus movimientos a la espera de que, al término de sus faenas, la colme de cariño. La pesista Andrea de la Herrán fue madre de una niña a los 17 años. Ahora, a sus 22, entrena con la finalidad de llegar a los Juegos Panamericanos y luego dar el salto a Tokio 2020. “Ella llegó cuando tenía 17 años, entonces tuve una pausa en las pesas, pero volví más fuerte".
De la división de 48 kilogramos, Andrea practicó muchos deportes desde futbol, atletismo, voleibol, pero lo que le atrajo la atención fueron las pesas. “Desde el primer momento en que vi esta disciplina me apasionó".
Paola, radiante con doble profesión
La clavadista Paola Espinosa es sin duda una de las mejores deportistas mexicanas, pero también es mamá de la pequeña Ivana, ahora combina el deporte con su faceta de madre, aunque su meta está puesta en asistir a sus quintos Juegos Olímpicos y lograr otra presea.
El 31 de julio de 2018, Paola se convirtió en mamá en donde aseguró que es una responsabilidad que adquirió con amor y cariño. “Hoy por hoy creo que es una responsabilidad enorme porque siento que el ser mamá, mi hija depende al 100 por ciento de mí, de los valores que le pueda inculcar para que ella quiera ser la mujer que ella decida ser”.
Ahora combina su tiempo en entrenar y en el cuidado de su pequeña Ivana. “Me gusta estar con ella, atenderla, jugar y siempre encuentro la manera de poderlo hacer, me faltan horas en el día, porque no son suficientes".
