La última prueba fue negativa. México no tuvo la sapiencia para superar a Suecia, la caída por 1-2 en Montilivi solamente confirmó la falta de un delantero fiable. Ni Henry Martín ni Raúl Jiménez compitieron ante una muralla amarilla que se cerró y fue aplastante cuando quiso.
El último juego quedó lejos de lo esperado, el Tricolor tendrá que revivir en menos de una semana si quiere llevarse el partido ante Polonia y comenzar bien la Copa del Mundo. Ayer, ante Suecia, el equipo de Gerardo Martino quedó reprobado.
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Aunque el Tata lo haya negado, la alineación que puso ante Suecia será muy parecida a la que parará ante los polacos. Las ausencias de Edson Álvarez, Hirving Lozano, Raúl Jiménez o Rogelio Funes Mori serán, seguramente, los únicos cambios que podría sufrir la dinámica mexicana en el estadio 974.
El protagonismo es el que no cambió. El equipo del Tata supo hacerse de la pelota rápidamente. Antuna y sus dribles, Henry con su intensa lucha y un medio campo que promete futuro con Rodríguez y Chávez fue lo mejor en el amanecer del encuentro.
Montilivi fue una sucursal del Azteca, que casi queda silenciada con un remate de Gustafson que se fue por arriba.
La claridad azteca no apareció, fueron chispazos de Vega y Antuna los que motivaron a la grada. El Brujo, en un recorte al centro, disparó con potencia, el balón flotó por el área y cuando parecía que besaba la red, el larguero se atravesó para negarle el primero.
México dominó por complacencia sueca. El equipo amarillo le permitió llegar hasta tres cuartos de campo, pero el Tricolor se topaba con una muralla que lideró Victor Lindelof.
El descanso llegó a Girona con un par de roscas que prometían.
Martino quiso darle rotación a su plantel. El criticadísimo Raúl Jiménez entró, Chucky Lozano y el histórico Andrés Guardado lo acompañaron. México se envalentonó con los cambios, Sánchez le pegó a puerta, Chávez desvió y ahora fue el palo el que negó la diana.
Suecia se dejó de juegos. Aprovechó que Sánchez dejó la lateral derecha descuidada, Herrera no cuidó el sector y con un contragolpe perfecto Rohden firmó el primero. El rostro de Ochoa lo dijo todo. Paco Memo no se explicó lo sucedido y pidió coraje a sus compañeros.
Vega sacó el coraje. Alexis aprovechó una descolgada perfecta. El 10 se fue en velocidad, frente al meta sueco, definió a la perfección para hacer estallar el estadio. ¡Gol de México! La gradería creyó en la remontada. Lozano supo pesar en un momento en donde pocos pidieron la pelota. Suecia leyó el momento y dejó que la euforia mexicana se convirtiera en su enemigo. La pelota parada fue su válvula de escape. En una lucha donde el Tricolor llevó desventaja, la derrota de concretó. El córner le cayó a Svanberg. Un toque suave, con mucha colocación dejó sin oportunidad a Ochoa.
La gente apoyó y hasta uno que otro grito homofóbico se escuchó, pero lo importante, el gol de la igualada jamás llegó. No hubo más en el Municipal de Montilivi, México reprobó su último examen, un juego así en Copa del Mundo podría costarle el torneo.
Nota publicada originalmente en ESTO