Cuando Jaime Lozano parecía destinado a salir en las pantallas del cine y la televisión, en el poderoso llamado de la sangre de sus padres, de pronto el futbol se convirtió en una prioridad en su vida. Lejos de los dotes histriónicos seguramente heredados, su pasión respondía más al llamado de su educada pierna izquierda. Entonces no había vuelta atrás.
El pequeño Jimmy creció en los foros de televisión, en compañía de su madre, la actriz Ana Bertha Espín, y su padre, el actor Jaime Lozano. Aunque seguir el camino marcado habría sido lo más sencillo, Lozano prefirió tomar rumbo a la cantera de los Pumas, donde poco a poco se confirmó como un mediocampista con proyección. “Hecho en C.U”, lo presumió siempre.
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Como futbolista encontró el éxito precisamente en el equipo felino, ahí conoció la gloria del campeonato y se convirtió en seleccionado nacional, donde tuvo momentos destacados hasta encontrar el momento de ruptura, el que lo cambia todo. El futbolista fue clave del proceso de Ricardo Antonino Lavolpe, como una pieza importante dentro de aquella selección que cautivaba con su juego.
Sin embargo, el “Jimmy” quedó fuera de la Copa del Mundo de Alemania 2006 en el último corte, sin un motivo aparente. Sin saberlo, el fuego que dejó aquella decisión lo marcaría para siempre. Tras su salida de Pumas, Lozano pasó por Tigres, Cruz Azul y Jaguares, antes de retirarse en el 2013.
Así como en su infancia decidió dejarlo todo por el futbol, Lozano reafirmó su camino en el retiro. Hombre estudioso, encontró en el banquillo la forma de seguir creciendo. Tras unos años como asistente, la primera oportunidad llegó con los Gallos, donde demostró algunas de las virtudes que lo llevarían a dirigir la Selección Mexicana que ganó el bronce en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
El éxito del estratega en la justa olímpica le permitió ser parte de los candidatos para tomar el cargo del Tricolor Mayor. Ese que ahora tomará de manera interina, con la ilusión de encontrar la permanencia.
“Cuando sé que Gerardo Martino va a salir, hago un proyecto para mostrárselos. Me sentía un candidato, no sé si el natural, pero sí un candidato más de los 6, 7, 8, 10 que habría seguramente. Había dos razones principales por las que yo creía que podía estar ahí. Una la de ser mexicano, pues venimos de dos procesos con técnicos extranjeros y un Mundial en tu casa, con tu gente”, dijo Lozano, en una entrevista para Claro Sports.
Del “Jimmy” destacan sus formas, la capacidad de llegarle al jugador, la plena confianza en el futbolista “hecho en México”.
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“El equipo en los Juegos Olímpicos mostró una cara que hacía mucho tiempo no se veía en una selección nacional, muchos de esos jugadores estuvieron después en la Copa del Mundo. Cuando le llegas al jugador, lo convences, llevas algo de terreno ganado. Eran dos puntos muy importantes para poder competir con cualquier técnico”, agregó Lozano.
La oportunidad finalmente llegó para el mexicano. Aquella Copa del Mundo que se le negó como futbolista se alcanza a ver en el horizonte. El proceso del 2026, un Mundial como locales, y el sueño del futbol, por encima de cualquier otra cosa.