Todo sigue igual. México generó dudas, mostró poco futbol, pero le ganó a la aguerrida Surinam. Lo mismo que le pasaba meses atrás, pero con Gerardo Martino.
La nueva era no tuvo el inicio esperado, sobre todo por Diego Cocca, el técnico argentino se mostró tenso en la banca, caminó de un lado a otro, se limpió el sudor muchas veces, hasta que llegó el gol de Johan Vásquez. La calma le regresó al cuerpo. Johan tiró débil, el balón entró hasta de manera angustiosa.
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El otro tanto fue autogol. El 0-2 le dio a México el liderato del Grupo A en la Nations League, su pase a la siguiente ronda está virtualmente asegurado, pero las sensaciones en el inicio del nuevo proyecto no fueron buenas.
Los goles y poco más. México enseñó no estar listo. Los verdes batallaron con el pasto sintético, con la fortaleza física de los jugadores surinamenses, pero también con lo poco aceitados que están.
Cocca puso a gente que la gente exigió tiempo atrás, Kevin Álvarez, Erick Sánchez, Israel Reyes, Gerardo Arteaga, Santiago Giménez, sin embargo, les costó. Kevin le dejó su lugar a Julián Araujo, mientras que Giménez erró un penalti.
El resultado es hasta injusto, los Suriboys tuvieron ocasiones para irse enfrente en el marcador, Jeredy Hilterman erró un disparo sencillo en el corazón del área, el delantero pudo superar a Carlos Acevedo, sin embargo, le pegó horrible a la bola.
Esa jugada no fue la única. Roscello Vlijter y su figura Sheraldo Becker patearon a la portería, Surinam contra todos los pronósticos fue mejor a los verdes. México tiene que agradecer la falta de puntería de los locales.
Cocca se quitó el saco el tiempo restante, el nerviosismo se apoderó del estratega tricolor.
Surinam tuvo un lapso de bombardeo incesante contra la portería azteca, Marc Jozefzoon se unió al concierto de fallas. El pequeño estadio Franklin Essed sintió el gol de su equipo cerca, la gente gritó cada que el esférico merodeó el área de Acevedo.
En ese instante todo se volteó. Vásquez metió el balón a la portería, no fue el gol más estético, pero contó igual.
Surinam fue derribándose. Enseguida cometieron un penalti, México pudo ampliar el marcador, pero Giménez lo voló. El goleador del Feyenoord se llevó las manos al rostro.
Los Suriboys agotaron su combustible, sin embargo, todo se les vino abajo con el autogol de Damil Dankerlui tras intentar cortar un centro.
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Mucho sudor dejaron los verdes en el campo, faltó más futbol. La nueva era inicio bien a secas.
Publicado originalmente en el ESTO