Cinco meses después vuelve a girar el balón para ellas. Fueron casi 150 días sin tener futbol femenil. El 15 de marzo León le ganó 1-0 a Puebla 1-0 como parte de la jornada 10, luego de eso nada, esa fecha quedó inconclusa y luego el toreo se canceló.
La espera fue extensa, pero la sequía terminó. El estadio Olímpico Benito Juárez abre sus puertas para recibir a las Bravas y Chivas, el mismo juego que se efectuó entre hombres el miércoles, pero es turno de las mujeres.
Los reflectores iluminan la frontera, sin embargo, las favoritas entran en acción el sábado y domingo. Rayadas y Tigres se han enfrentado en la final los últimos dos torneos y aspiran a hacer lo mismo. Ese es el reto que tienen las demás participantes, detener la hegemonía de las regias.
Esa tarea le corresponde principalmente a: América y Chivas, ellas han sido campeonas, pero no han logrado seguirles el ritmo a las norteñas. Las vitrinas en San Nicolás de los Garza y Guadalupe crecen, pueden abrirse en cualquier instante, mientras que en la CDMX y Zapopan parecen tener cerraduras.
Detrás de azulcremas y rojiblancas están Pachuca y Atlas, escuadras con jugadoras interesantes, incluso de Selección Nacional, pero que no han detonado en las instancias finales. La lupa también está sobre ellas. En fase regular despliegan buen futbol, marcan distancias con otros planteles, sin embargo, les falta ese paso decisivo.
Pero las contendientes crecen. El León de Everaldo Bejines sumó a jugadoras como Lucero Cuevas, Esmeralda Verdugo y Nailea Vidrio, con ellas, a pesar de la baja de último momento de Denisse Valdez, las leonesas son vistas como uno de los rivales a vencer.
Cruz Azul y Pumas, por la historia de sus instituciones a nivel varonil, no se pueden descartar, ambos equipos pueden ser una piedra en el zapato para cualquiera. El respaldo lo tienen.
El campeonato denominado Guard1anes 2020, séptimo torneo de la Liga Femenil, promete buena competencia y el crecimiento de la rivalidad entre las chicas. Eso tiene que pasar. El progreso por momentos se dispara, pero luego regresa a pasos cortos. Mantener la curva ascendente es tarea de todas las jugadoras, así como la inyección de calidad de parte de sus respectivos cuerpos técnicos.
Ese es un desafío que tiene la liga, subir su nivel para tener más aceptación, arraigo y seguidores. De entrada la competencia es sin espectadores en la tribuna, todos los juegos se tienen que seguir a través de la televisión y redes sociales.
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