FUE ARTEMARCIALISTA Y SE INSPIRABA EN BRUCE LEE
La máxima del fallecido campeónmundial de Muay Thai era “no te conformes con lo que tienes, saly lucha por lo que mereces” La falta de apoyo enTlaxcala para fomentar las artes marciales y adversidadespersonales, obligaron al fallecido campeón mundial de Muay Thai,Edwin Aguilar Navarro, a desarrollar su carrera deportiva enTijuana, recordó su consanguíneo Salvador Aguilar.
Agregó que la última vez que vieron a su hermano fue ennoviembre de 2016, cuando le notificó a su familia que impartiríaun seminario y tendría una pelea en otro estado, por lo que lespidió que cuidaran a su hija. “Llegó muy emocionado acomunicarnos de esa oportunidad, pero ese fue el último día quelo vimos vivo, aún no puedo asimilar que ya no esté con nosotros,dejó a una niña de dos años que cada día pregunta por supapá”, externó.
La carrera de Edwin Aguilar inició a los 13 años de edad, quefue cuando se interesó por las artes marciales, pero la limitadaeconomía de su familia, le impidió pagar una escuelaespecializada en la disciplina, por lo que ahorró sus pasajes parair a la escuela, además de que empleó parte de ese dinero parapagar el cine y poder ver películas de Bruce Lee.
“Mi hermano veía dos o tres veces las películas de Lee, unode los artemarcialistas más famosos del mundo, para que aprendieray practicara todos los movimientos”.
Además, en el zócalo de Apizaco donde develaron una placa enhonor al deportista, Salvador Aguilar reveló que su hermano teníaun gusto particular por el futbol, disciplina que practicaba a suestilo, pues combinaba movimientos de artes marciales conacrobacia.
Señaló que Edwin Aguilar se propuso ser campeón mundial trasla muerte de su padre, promesa que cumplió varios años despuésal conseguir el título.
Aseveró que cuando su hermano se fue a Tijuana enfrentó variasdificultades, pero esa lejanía con su familia lo motivó a crecerprofesionalmente y a ser una persona humilde, pues participó eneventos benéficos para niños enfermos.
Dijo que “en Día de Reyes organizaba seminarios sin costo ysolo pedía un juguete a cambio para regalarlo a los infantes másnecesitados, lo mismo hizo en una visita a Tlaxcala”.
Una de las etapas más difíciles en la vida de Edwin Aguilarfue el nacimiento de su hija, pues el delicado estado de salud dela bebé la obligó a pasar varios días en el hospital.
Tas varios días, la niña sobrevivió y fue dada de alta, peropoco tiempo después la pareja sentimental de Edwin lo abandonó,de ahí que asumió el rol de padre soltero.
Tras este suceso, tuvo que distribuir su tiempo para atender elgimnasio que administraba y entrenar, mientras educaba y atendía asu hija, una etapa desconocida para él, pero que fue suinspiración para proponerse nuevos proyectos y metas.
Finalmente, Salvador Aguilar destacó que compartió parte delas vivencias personales de su hermano para que las nuevasgeneraciones de deportistas no se pongan límites y luchen por susmetas, “la frase de mi hermano era ‘no te conformes con lo quetienes, sal y lucha por lo que mereces’ y así lo demostrósiempre”.
Edwin Aguilar murió en noviembre del año pasado en unnosocomio de la Ciudad de México, después de sufrir un infartocerebral en el aeropuerto internacional “Benito Juárez”,cuando esperaba abordar un avión que lo trasladaría a Tijuanapara seguir con su carrera deportiva.